Analizamos que empresas lideran actualmente la incorporación de tecnologías que integran sensorización, trazabilidad y análisis de datos en la gestión de residuos urbanos, mejorando la eficiencia operativa, la participación ciudadana y el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad en el camino hacia la ciudad inteligente
Desde hace unas décadas, las ciudades han experimentado una profunda y constante transformación en materia de infraestructuras, movilidad, servicios públicos y gobernanza inteligente. Pero uno de los desafíos urbanos más persistentes —y a menudo más olvidado— es el de la gestión de residuos urbanos. En un momento en el que el crecimiento poblacional avanza rápidamente y, en consecuencia, se ha incrementado la producción de desechos y la presión por cumplir los objetivos de sostenibilidad, la digitalización emerge como una clave para mejorar la eficiencia, la transparencia y la resiliencia del sistema de recogida y tratamiento.
La digitalización no consiste simplemente en incorporar ordenadores o pantallas al proceso, sino en dotar de “inteligencia” al ciclo de los residuos: sensores que detectan el nivel de llenado de contenedores, dispositivos de pesaje en camiones, sistemas de seguimiento de rutas en tiempo real, plataformas de gestión de datos, análisis predictivo (machine learning), gemelos digitales (digital twins), integración con datos urbanos y APIs, todo ello orientado a que los gestores conozcan no solo qué residuos se recogen, cuándo y dónde, sino anticipen tendencias y optimicen decisiones.
Por tanto, no basta con que una ciudad “parezca limpia”: es imprescindible saber cuánto se recoge, con qué eficacia, cuándo ocurren los picos, qué fracciones no se separan bien, qué zonas geográficas concentran la generación, cuál es el coste real del ciclo completo… En este sentido, la digitalización permite convertir datos en valor operativo y estratégico.
Bajo el modelo tradicional, muchos servicios de recogida operan con rutas fijas preestablecidas, independientemente del estado real de los contenedores. Esto provoca recogidas innecesarias (cuando el contenedor aún está casi vacío) o tardías (cuando ya ha desbordado), con los consecuentes costes en combustible, tiempo de operarios, emisiones y molestias para los vecinos. Además, la falta de trazabilidad y de datos confiables dificulta que las administraciones cuantifiquen pérdidas, identifiquen zonas problemáticas o validen mejoras.
Otro desafío es la separación de residuos: muchas ciudades aún no logran tasas suficientemente altas de recogida selectiva, de modo que una parte significativa de los desechos acaba en vertedero. En España, los datos más recientes que ofrece el MITECO (2022) muestran que el 34,6 % de los residuos municipales tratados fue depositados en vertedero, mientras que el 54,7 % fue reciclado o recuperado. En Europa, la media de reciclaje de residuos municipales en 2023 alcanzó el 48,0 % —aunque esa cifra cayó ligeramente respecto al año anterior—, y sólo alrededor del 22,5 % de esos residuos acabaron en vertedero.
Los datos más recientes que ofrece el MITECO (2022) muestran que el 34,6 % de los residuos municipales tratados fue depositados en vertedero, mientras que el 54,7 % fue reciclado o recuperado.
Además, la fragmentación institucional (ayuntamientos, consorcios, empresas privadas) y la diversidad de formatos y tecnologías dificultan la interoperabilidad de los sistemas digitales. Integrar sensores de distintos fabricantes, plataformas urbanas y datos abiertos exige estándares, API, gobernanza de los datos y voluntad política para abrir sistemas.
Cuando se aplica con sentido, la digitalización permite:
No obstante, pese a todos los beneficios que ofrece apostar por una mayor digitalización en este ámbito, un informe sobre digitalización del sector residuos elaborado por TEIMAS advierte que el sector de residuos en España aún está en transición: solo el 28,5 % de las empresas autorizadas declaran contar con software específico para sus operaciones, lo que evidencia un margen de mejora considerable en la digitalización del tejido profesional del sector.
En distintos municipios españoles se están desarrollando proyectos que incorporan tecnologías de sensorización, identificación y análisis de datos para mejorar la gestión de los residuos urbanos. Estos casos reflejan cómo la digitalización está transformando la recogida y el tratamiento, impulsando una mayor trazabilidad, eficiencia operativa y participación ciudadana, y contribuyendo a la construcción de ciudades más sostenibles e inteligentes. A continuación, presentamos algunos de ellos.

Son ya varios los municipios españoles que están aplicando soluciones digitales desarrolladas por Distromel para mejorar la gestión de los residuos urbanos, con proyectos de gran escala y características distintas según la zona. Destacan los casos de Burgos, Zamora, Pozuelo de Alarcón, Cáceres y Torrevieja, donde los servicios de recogida cuentan con tecnología embarcada en todos los vehículos y cierres inteligentes en los contenedores de orgánica. Estos sistemas permiten aumentar las ratios de reciclaje y facilitar la trazabilidad de cada recogida, integrando además sensores volumétricos y aplicaciones móviles que adaptan el servicio a las particularidades de cada municipio.
La digitalización de estos sistemas ha permitido obtener y analizar datos precisos sobre el funcionamiento del servicio, desde la información GPS y el pesaje de los contenedores hasta su identificación mediante tags RFID, lo que proporciona un control total sobre la operativa. Además, herramientas como City in Touch y la nueva versión de siGEUS Web facilitan la gestión de incidencias y fomentan la implicación ciudadana mediante bonificaciones en la recogida de la fracción orgánica. Este enfoque basado en datos impulsa la mejora continua y la eficiencia operativa, aunque su implantación plantea también retos relacionados con la diversidad territorial y cultural de los municipios, que obliga a adaptar cada proyecto a las particularidades de su entorno.

En la Comunidad Valenciana, varios consorcios han impulsado en los últimos años proyectos de digitalización de sus redes de puntos limpios mediante la implantación del sistema ACTAIS Waste, desarrollado por Ecocomputer. Estas actuaciones permiten que las instalaciones trabajen en red, garanticen el cumplimiento de las ordenanzas y dispongan de datos homogéneos y fiables para la toma de decisiones. El sistema también facilita la aplicación de políticas de bonificación por uso, promoviendo la participación ciudadana y una gestión más transparente de los residuos.
Estas tecnologías aplicadas a estas infraestructuras ha aportado mejoras significativas en la eficiencia operativa, gracias a la automatización de datos y la obtención de indicadores de rendimiento, y también ha favorecido la implicación ciudadana mediante herramientas de comunicación y bonificación. Asimismo, ha permitido un mayor control normativo, con una gestión más precisa de los RAEEs y de los procesos de reutilización. Sin embargo, como señalan desde la propia compañía, su implantación conlleva también retos técnicos y administrativos, derivados de la necesidad de adaptar el sistema a los continuos cambios legales y tecnológicos, integrarlo con otras plataformas y superar la complejidad de los procesos de contratación pública.
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Una de las líneas más activas de digitalización en la gestión de residuos urbanos es la implantación de contenedores inteligentes y sistemas de identificación RFID, tecnologías que MOBA ha desarrollado para optimizar la trazabilidad y acercar la información del servicio al ciudadano. Estas soluciones se complementan con la aplicación bitPAYT, que permite consultar datos sobre la cantidad de residuos generados, las tasas aplicadas y las bonificaciones obtenidas, reforzando la comunicación entre administración y usuario y situando al ciudadano en el centro del modelo digital.
Los resultados alcanzados en los municipios donde se han implantado estas tecnologías reflejan mejoras significativas en la participación ciudadana y en la eficiencia operativa. En muchos casos se han logrado tasas de recogida selectiva superiores al 65 %, anticipando los objetivos marcados por la Ley 7/2022 para 2030. Además, la incorporación de sensores volumétricos y rutas optimizadas ha permitido una reducción de costes operativos de hasta un 30 %, junto con una menor huella de carbono al evitar desplazamientos innecesarios. Este avance, sin embargo, también plantea desafíos vinculados especialmente a la comunicación con la ciudadanía, sobre todo en los modelos de pago por generación, así como a la integración con las plataformas municipales existentes y a la formación técnica del personal operativo, aspectos esenciales para consolidar un modelo de gestión realmente inteligente y sostenible.

Precisamente, uno de los principales desafíos de la gestión de residuos en áreas urbanas es traducir los datos en decisiones operativas sobre el terreno. En respuesta a esta necesidad, Baron ha desarrollado BinThere, un sistema que conecta de forma directa los contenedores con los vehículos de recogida y convierte la información en acciones inmediatas. El dispositivo, instalado a bordo del camión, permite el intercambio bidireccional de datos con los contenedores y con el servidor central incluso en zonas sin cobertura, gracias a la conectividad Bluetooth (BLE). De este modo, se sincronizan variables como el nivel de llenado, la ubicación GPS de alta precisión, el peso y el vaciado efectivo, permitiendo al operario saber si un contenedor requiere o no ser vaciado antes de detener el vehículo.
Esta capacidad de toma de decisiones en tiempo real se traduce en una mejora directa de la eficiencia del servicio: al evitar la recogida de contenedores vacíos o semillenos, se reducen los kilómetros recorridos, el consumo de combustible y las emisiones de CO₂ asociadas al transporte. BinThere complementa los sistemas tradicionales de identificación y pesaje, añadiendo un nivel adicional de inteligencia operativa que permite la optimización dinámica de rutas y una disminución inmediata de los costes operativos. Lograr esta integración, sin embargo, supone enfrentarse a entornos urbanos complejos, donde conviven distintas tecnologías y proveedores. Por ello, el proyecto ha sido concebido con un diseño interoperable, neutro y sencillo de implantar, capaz de operar incluso en zonas sin cobertura y de ofrecer una curva de aprendizaje rápida para los equipos de trabajo.

Otro de los grandes retos de la gestión urbana actual pasa por modernizar la forma en que las administraciones controlan los servicios públicos. En ese contexto, diferentes ayuntamientos han iniciado un proceso de transformación digital que busca gestionar la recogida de residuos y la limpieza viaria a partir de datos propios y en tiempo real. Así, MOVISAT ha desarrollado un modelo consistente en la implantación de una plataforma tecnológica de titularidad pública que permite supervisar la ejecución de los contratos y medir su productividad sin depender de proveedores externos. Esta infraestructura abre la puerta a una gestión más transparente y precisa, en la que, además, la información recogida puede aplicarse también a otros ámbitos municipales, desde la participación ciudadana hasta la planificación urbana o el turismo.
Los resultados ya son visibles en varios municipios: reducciones de costes superiores al 15 %, optimización de rutas gracias a la monitorización del nivel de llenado de los contenedores y una disminución notable de emisiones y ruido asociados a la recogida. La instalación de cerraduras inteligentes ha permitido conocer mejor los hábitos de reciclaje y reducir la cantidad de impropios, mientras que las aplicaciones digitales orientadas a la gamificación fomentan la implicación vecinal en la separación en origen o el compostaje. Todo ello ha ido acompañado de una fase de adaptación institucional, en la que ha sido necesario superar la resistencia inicial de las administraciones a gestionar directamente la tecnología y garantizar la protección de los datos personales vinculados al servicio.
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