La adopción de sistemas inteligentes para iluminar el espacio público representa una oportunidad sin precedentes para optimizar el uso de recursos, mejorar la gestión urbana y contribuir a la sostenibilidad ambiental
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16/09/2024
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La luz ha sido y será siempre un componente esencial en la vida humana, no solo como fuente de iluminación, sino también como un factor que influye en la seguridad, comodidad y bienestar de las comunidades. En las ciudades modernas, el alumbrado público no solo sirve para iluminar el camino en las horas nocturnas, sino que también juega un papel esencial en la creación de espacios seguros, accesibles y acogedores. Sin embargo, muchas veces, luz también es sinónimo de altos consumos de energía, una considerable huella de carbono y problemas asociados a la contaminación lumínica, entre otros. En un momento crítico donde la crisis climática se intensifica y su impacto sobre las ciudades es cada vez más evidente, surge la necesidad imperiosa de revolucionar la forma en que iluminamos nuestros espacios, reduciendo el impacto ambiental sin comprometer la calidad de vida de los habitantes. En este contexto, la transición hacia sistemas de alumbrado público inteligente representa una oportunidad sin precedentes para optimizar el uso de recursos, mejorar la gestión urbana y contribuir a la sostenibilidad ambiental. A través de las voces de los expertos Alfredo Serret, director global de IoT de Telefónica Tech y Juan Garrigosa, responsable de administraciones públicas de Endesa, desentrañamos los beneficios, desafíos y el futuro prometedor de los sistemas de alumbrado público inteligente.
En primer lugar, es crucial reconocer la importancia del alumbrado público para nuestras ciudades y pueblos, siendo una infraestructura esencial que constituye aproximadamente el 1,8% del consumo energético total de España. Sin embargo, a pesar de su relevancia, la adopción de tecnologías avanzadas, como los puntos de luz con tecnología LED, sigue siendo relativamente baja en nuestro país, a pesar de haber demostrado ser más eficientes y sostenibles que los sistemas tradicionales. Actualmente, los sistemas de alumbrado público en España requieren una modernización continua y adaptación a nuevas tecnologías, normativas y estándares de calidad y seguridad, advierte Juan Garrigosa y sugiere apostar por el alumbrado público inteligente, un sistema de iluminación en el que los puntos de luz están conectados en una red local, inalámbrica y descentralizada, generalmente basada en la nube.
En los sistemas de alumbrado público convencional, el control de las luminarias se realiza mediante sistemas de control en los cuadros de alumbrado, que no permiten llevar a cabo operaciones de encendido, apagado o regulación de la intensidad de manera individual en cada luminaria ni detectar fallos o averías de las luminarias de manera remota. Por el contrario, el alumbrado público inteligente conecta las luminarias punto a punto, es decir, de manera individual, mediante la instalación de dispositivos de telecontrol y/o sensores capaces de enviar información a una plataforma o software para monitorizar y controlar remotamente y de manera más eficiente su funcionamiento, operación y mantenimiento, explica Alfredo Serret.
El beneficio primordial que aportan los sistemas de alumbrado público inteligente y en el que coinciden ambos expertos es la mejora de la eficiencia energética. La capacidad para regular la intensidad lumínica en función de las necesidades de la ciudad o el municipio, permite, por ejemplo, evitar que las farolas estén encendidas o a máxima intensidad en zonas no transitadas, o aumentar la intensidad en eventos con gran afluencia de personas, explica Serret. Esta optimización contribuye a la sostenibilidad ambiental en dos sentidos, continúa el experto. Por un lado, reduce significativamente el consumo energético y, en consecuencia, la huella de carbono. Por otro lado, mitiga la contaminación lumínica, que tiene efectos nocivos en el hábitat humano y en los ecosistemas, además de provocar la pérdida de visibilidad del cielo nocturno. Adicionalmente, el alumbrado inteligente puede aplicarse de manera que afecte lo menos posible al ritmo circadiano de fauna urbana, añade Garrigosa. A esto se suma que la calidad de vida de los habitantes se ve mejorada al tener la iluminación correcta en cada momento, con mayor intensidad lumínica, mejor reproducción cromática, menor deslumbramiento y, en general, una mejor visibilidad y seguridad, opina.
También se aprecia una mejora relevante en cuanto a la eficiencia operativa en la gestión, al permitir detectar averías en las luminarias de manera individual, con el consiguiente ahorro en costes de mantenimiento, declara el experto de Telefónica Tech. Esta capacidad de monitoreo y gestión remota permite una rápida respuesta y eficaz ante problemas, lo que se traduce en un sistema de iluminación más fiable y eficiente. Coincide el profesional de Endesa, quien aporta que los sistemas iluminación inteligente permiten una operación más eficiente, segura y mejor gestionada que los convencionales. A través de estos sistemas, los gestores de los ayuntamientos pueden hacer un seguimiento del consumo de energía y proporcionar servicios adicionales como iluminación adaptativa, video-vigilancia y monitorización ambiental.
Todo esto, a su vez, se traduce en beneficios económicos tangibles, debido a la reducción de costes y al ahorro en facturas eléctricas municipales, apunta Garrigosa. Los sistemas de iluminación inteligentes resultan fácilmente amortizables por su baja necesidad de reemplazo y permiten a la ciudadanía beneficiarse de unas instalaciones modernizadas con las últimas medidas de seguridad en los cuadros de mando, así como disfrutar de una iluminación óptima y conforme a las normativas vigentes, añade el experto. Por tanto, el aspecto económico, por lo general, no supone un problema para el lanzamiento de este tipo de proyectos, que suelen ser rentables para los municipios, y los desafíos están más ligados a los trabajos técnicos previos que se requieren para valorar las necesidades de cada municipio, y a las propias tareas administrativas necesarias para sacar una licitación de este tipo, y que implican a varios departamentos. No obstante, en los últimos años son cada vez más las empresas especializadas en este tipo de servicios, que facilitan esta labor a las administraciones públicas, argumenta.
La adopción de tecnologías avanzadas, como los puntos de luz con tecnología LED, sigue siendo relativamente baja en nuestro país, a pesar de haber demostrado ser más eficientes y sostenibles que los sistemas tradicionales.
Una vez identificadas las ventajas que aportan estos nuevos sistemas, profundizamos en las soluciones tecnológicas específicas que están revolucionando la forma en que las ciudades gestionan y optimizan su infraestructura lumínica. Alfredo Serret menciona, en primer lugar, que el alumbrado inteligente se apoya en tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), plataformas de gestión en la nube y redes de comunicación LPWAN, como NarrowBand IoT (NB-IoT). Estas tecnologías logran una cobertura de entorno al 98,5% del territorio nacional, también en áreas de difícil acceso, lo cual es esencial para despliegues masivos, así como para la eficiencia energética de los dispositivos, extendiendo su ciclo de vida y la duración de sus baterías. Según Serret, el alumbrado inteligente permite realizar análisis masivos de datos y aplicar inteligencia artificial, permitiendo a los ayuntamientos tomar decisiones informadas para configurar los perfiles lumínicos en función de la demanda real, la movilidad ciudadana, la meteorología, o los puntos de interés que la conforma. También subraya la evolución de las soluciones de alumbrado público, que han avanzado desde la telegestión clásica desde el centro de mando hasta los sistemas punto a punto.
"El alumbrado inteligente contribuye a la sostenibilidad ambiental en dos sentidos: por un lado, reduce significativamente el consumo energético y, en consecuencia, la huella de carbono; y por otro, mitiga la contaminación lumínica", destaca Alfredo Serret, director global de IoT de Telefónica Tech.
Juan Garrigosa añade que el desarrollo de nuevos nodos inteligentes, protocolos de comunicación y sensores, permite conectar el alumbrado público en las plataformas de ciudad, logrando una total integración con otros servicios y usos. Explica que de esta forma, las luminarias se convierten en elementos activos de la ciudad, capaces de modificar la iluminación según los requerimientos del momento, como el tráfico y la seguridad.
Sin embargo, la funcionalidad de los sistemas de alumbrado público inteligente no se limita a la iluminación. Al mantener la corriente eléctrica en las farolas durante el día, es posible utilizar la infraestructura para otras aplicaciones adicionales como la instalación de sensores de la calidad del aire, sensores de presencia, cámaras de videovigilancia o puntos de recarga para vehículos eléctricos, entre otros, enumera Serret. Toda esta información se integra en plataformas avanzadas de gestión que posibilitan el control inteligente y multifuncional de la infraestructura urbana, en el marco de las Smart Cities, apuntilla el experto.
Telefónica Tech, unidad estratégica de negocios digitales de Grupo Telefónica, líder en soluciones tecnológicas integradas, juega un papel crucial en la transformación digital del alumbrado público, mediante la implementación de nodos de telegestión con conectividad NB-IoT. Este enfoque permite monitorizar y gestionar eficazmente miles de luminarias en distintos municipios, adaptando la iluminación a las necesidades específicas de cada ciudad. A través de una avanzada plataforma de software, Telefónica Tech proporciona análisis detallados y gestión en tiempo real, asegurando un funcionamiento óptimo del alumbrado y reportando fallos instantáneamente. Con más de 25,000 nodos desplegados en diversas regiones, incluyendo proyectos destacados como el de Santiago de Compostela, Telefónica Tech impulsa la eficiencia energética, la reducción de costes operativos y la mejora continua de la infraestructura urbana, consolidándose como un socio estratégico para las ciudades inteligentes del futuro.
"Los desafíos en la implementación de sistemas de alumbrado público inteligente están ligados a los trabajos técnicos previos requeridos para valorar las necesidades de cada municipio, y las tareas administrativas necesarias para sacar una licitación", afirma Juan Garrigosa, responsable de administraciones públicas de Endesa.
Por su parte, Endesa pretende ser el socio de referencia energético de las ciudades y contribuir a la descarbonización y se destaca por su enfoque innovador en la gestión del alumbrado público, empleando tecnologías avanzadas para optimizar el servicio y cumplir con las normativas vigentes. Mediante una plataforma digital de telegestión, Endesa realiza un monitoreo remoto detallado desde los cuadros de mando hasta cada punto de luz, facilitando la resolución eficiente de incidencias y mejorando la calidad del servicio a los ciudadanos. Con más de 140,000 puntos de luz gestionados en diversas ciudades de la geografía española, trabajando tanto en localidades grandes como Santiago de Compostela con casi 30.000 puntos de luz, como en municipios más pequeños, como las 1.800 luminarias instaladas en el Ayuntamiento de Los Alcázares y las 5.500 que serán gestionadas en Castellón de Ampurias, Endesa promueve una iluminación eficiente y sostenible, contribuyendo significativamente a la reducción del consumo energético y a la mitigación de emisiones. Además, Endesa apuesta por proyectos emblemáticos como la iluminación artística de la Catedral de Burgos y otras localidades, demostrando su compromiso con la modernización urbana y la mejora del entorno.
Ahora bien, para llevar a cabo una implementación efectiva de los sistemas de alumbrado inteligente, es fundamental seguir una serie de pasos y consideraciones clave, detallan los expertos. Inicialmente, se debe realizar un exhaustivo análisis de la situación de partida de la ciudad o el municipio. Garrigosa sugiere realizar este examen a fin de detectar los problemas que afectan a la iluminación, el estado de las instalaciones y la seguridad de las mismas, el tráfico y la afluencia de vehículos y personas, o las actividades que tienen lugar en las calles. Posteriormente, se deberá realizar el diseño de la iluminación, de forma que cumpla con la normativa vigente, con el Reglamento de eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior (REEIAE); y se adapte a las características particulares de cada municipio.
Lo siguiente será implementar medidas adicionales de control y monitorización, entre las que se incluyen la telegestión y la monitorización de diversos parámetros para garantizar un uso eficiente de la iluminación y de la energía, explica el experto de Endesa. En esta etapa, es crucial considerar tanto factores económicos como técnicos, priorizando siempre la propuesta técnica que mejor se ajuste al presupuesto municipal. Además, se deben tener en cuenta factores ambientales, como zonas protegidas y la contaminación lumínica, para encontrar una solución adecuada a cada municipio, agrega.
Una vez consideradas estas variables, la propia instalación de la solución resulta sencilla, al tratarse de dispositivos “plug and play” que se colocan directamente sobre la luminaria, minimizando en gran medida los riesgos del proceso, refiere experto de IoT de Telefónica Tech. Los sistemas de alumbrado público inteligente se integran en luminarias LED, gracias a que los nodos cuentan con conectores (Zhaga o Nema) que permiten su conexión con cualquier tipo de luminaria compatible, independientemente del fabricante.
El alumbrado inteligente permite realizar análisis masivos de datos y aplicar inteligencia artificial, permitiendo a los ayuntamientos tomar decisiones informadas para configurar los perfiles lumínicos en función de múltiples factores.
Pero, ¿cómo recibe la sociedad la adopción de estos innovadores sistemas de iluminación? La percepción de la ciudadanía hacia la implementación de sistemas de alumbrado público inteligente está experimentando una evolución positiva, según indican los expertos. Somos cada vez más conscientes del impacto de la crisis medioambiental en nuestro planeta, en parte gracias al aumento de los programas de información y educación medioambiental; y este aumento de la conciencia ciudadana ha provocado que la optimización del consumo energético en el alumbrado público se perciba como una iniciativa positiva que promueve la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de los recursos urbanos, destaca Serret. La mayor calidad lumínica en las horas de funcionamiento del alumbrado, la reducción del impacto ambiental y la reducción del importe económico sobre el municipio hacen que estas iniciativas sean bien valoradas por el ciudadano, concuerda Garrigosa. Además, un municipio con una infraestructura de alumbrado eficiente y adaptada a las necesidades lumínicas de los espacios públicos resulta más atractivo para ciudadanos, turistas y para la implantación de nuevos negocios, fomentado así la economía y la vida social y cultural del territorio, asevera el experto de Telefónica Tech.
Sin embargo, a pesar de estos avances, todavía persiste la costumbre de mantener estándares de alumbrado que a menudo están sobredimensionados en relación con la demanda real, añade el experto. Por tanto, es crucial continuar educando a la ciudadanía sobre la importancia de mantener niveles lumínicos adecuados y necesarios. No sólo es un problema tener niveles de iluminación insuficientes: en ocasiones también hay que combatir la cultura del exceso de iluminación, que no aporta ningún beneficio, reitera el profesional de Endesa.
Un municipio con una infraestructura de alumbrado eficiente y adaptada a las necesidades lumínicas de los espacios públicos resulta más atractivo para ciudadanos, turistas y para la implantación de nuevos negocios.
Por tanto, aunque cada vez más municipios son conscientes de los mencionados beneficios que aportan estas tecnologías para optimizar la gestión del alumbrado público, la realidad es que aún son muchos los que no han migrado a infraestructuras de alumbrado LED ni han implementado sistemas de telecontrol de luminarias, que permiten mayores eficiencias en consumo energético y en mantenimiento, lamenta Serret. Mirando hacia el futuro, se anticipa un crecimiento significativo en la adopción de tecnologías avanzadas, tecnología LED con sistemas de regulación, sistemas de control en cuadros de mando, sensores y nodos inteligentes, que no solo mejorarán la eficiencia energética y el estado de las infraestructuras, sino que también fortalecerán la interacción con el ciudadano, aumentarán la seguridad y facilitarán la recopilación de datos sobre el municipio, reflexiona Garrigosa.
Por su parte, Serret considera que la introducción de tecnologías basadas en IoT, conectividad LPWAN o inteligencia artificial, permitirá a los ayuntamientos tomar decisiones más informadas en la gestión de perfiles lumínicos según las necesidades cambiantes de la sociedad, lo que en última instancia mejorará la calidad de vida de los habitantes. Debemos apostar de manera decidida, y ya lo estamos haciendo, por una mayor sostenibilidad ambiental y económica para las ciudades, que en materia de iluminación, solo será posible a través de la instalación de sistemas inteligentes, concluye Garrigosa.
Xavier Traveria, Director de Innovación y Marketing de la compañía de iluminación Carandini, ofrece una visión crítica acerca de la importancia de modernizar los sistemas de alumbrado público para garantizar el éxito en el desarrollo de ciudades inteligentes.
Una ciudad inteligente o Smart City es aquella capaz de utilizar la tecnología de la información y la comunicación, con el objetivo de crear mejores infraestructuras y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Combina personas, tecnología y creatividad para hacer más sostenible y eficiente una ciudad; y dota a los ciudadanos de herramientas para que aporten mayor valor a sus cuidades. Según Xavier Traveria, Director de Innovación y Marketing de Carandini, las Smart Cities ofrecen importantes beneficios como planificación y operaciones urbanas más eficientes, servicios mejorados, mayor sensación de seguridad y protección, ahorro energético, sostenibilidad y capacidad para involucrar a la comunidad con los datos Internet de las Cosas (IoT).
Sin embargo, antes de embarcarnos en la construcción y desarrollo de una Smart City, es conveniente realizar una reflexión sobre las necesidades o ineficiencias de la ciudad, aconseja el experto. Los grandes desafíos, como el aumento de la población, la polución, la escasez de recursos, la gestión del agua o la eficiencia energética son los que están llevando a muchos núcleos urbanos a apostar por la transformación digital.
En este sentido, las infraestructuras de alumbrado público van a jugar un papel importante en el concepto de Smart Cities. Según Traveria, la red de alumbrado público es la única infraestructura pública y conectada que cubre casi todo el territorio urbano, lo que subraya la importancia de implementar sistemas de control y gestión que permitan construir espacios integrados, sostenibles y habitables para una población creciente, especialmente en un contexto donde la iluminación representa más del 19% del consumo mundial de energía.
"La red de alumbrado público constituye la única red pública y conectada que cubre casi todo el territorio, por lo que las infraestructuras de alumbrado van a jugar un papel muy importante en el concepto de las Smart Cities"
El experto hace referencia a la Guía Técnica de Smart City desde Alumbrado Exterior elaborada por el CEI en colaboración con IDAE que pretende formar al sector de la iluminación en conceptos relacionados con las ciudades inteligente y divulgar sobre la importancia de construir una Smart City empezando por la iluminación, y opina que la iluminación es una infraestructura crítica y necesaria para la seguridad y sostenibilidad de nuestras ciudades. Asimismo, esta debe diseñarse inicialmente con soluciones robustas, escalables e interoperables en su conjunto, que permitan interactuar con otras infraestructuras verticales y crear sinergias beneficiosas para los ciudadanos, teniendo en cuenta al técnico municipal y al servicio de la infraestructura, que es el alumbrado. Solo así podrá garantizarse el éxito de una Smart City, reflexiona Traveria.
Una vez implantada la infraestructura de alumbrado interconectada, debemos saber que esto es solo el comienzo, advierte. La red permite la evolución y la integración de diferentes dispositivos hardware, facilitando la comunicación y la interoperabilidad. A través de la inteligencia artificial, se pueden entrelazar datos y aprender de ellos para mejorar las instalaciones, optimizar las operaciones, mejorar la eficiencia y elevar la calidad de vida urbana de manera continua. Sin embargo, esto solo será posible mediante la implementación de sistemas de alumbrado inteligente desde el inicio, concluye.
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