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¿Hacia dónde se dirige la movilidad urbana?

Beneficios y desafíos de implantar modalidades de transporte sostenible en las ciudades

¿Hacia dónde se dirige la movilidad urbana?
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Publicado en:

208. Segundo trimestre (2024)
NÚMERO 208


ARCHIVADO EN:

Movilidad

02/10/2024

TEMAS

Movilidad Urbana

Sostenibilidad

Medio ambiente

Entre los objetivos más ambiciosos marcados por Europa para la siguiente década se encuentra el de acercarnos a la meta de neutralidad climática recogida en el Pacto Verde Europeo, que establece como plazo el año 2050 para generar emisiones de carbono negativas en el continente. Llevado al ámbito urbano, reducir las emisiones de carbono resulta imprescindible, y es aquí donde el sector transporte tiene un mayor potencial para generar un impacto positivo. Analizamos a continuación la alteración que experimentarían las ciudades al priorizar modalidades libres de emisiones.

 

En la actualidad, la reformulación de la movilidad urbana se ha convertido en una prioridad estratégica para las ciudades; que impulsadas por la necesidad de mitigar sus impactos ambientales negativos, están asistiendo a un progresivo cambio de configuración para relegar los vehículos contaminantes a un segundo plano. Al mismo tiempo, esta transición hacia modalidades más sostenibles, como el transporte público, los coches o patinetes eléctricos y la movilidad en bicicleta, se topa con la mayor o menor capacidad de cada urbe para acoger los cambios necesarios que requiere el despliegue de una infraestructura de transporte alternativa. 

A continuación analizamos algunos de los aspectos más relevantes en torno al fomento de la movilidad sostenible en las ciudades, midiendo el peso que tienen diferentes factores como la legislación, la tecnología o el correcto equipamiento urbano. Para ello, contamos con la experiencia de Sílvia Casorrán, responsable de la Oficina de la Bicicleta del Área Metropolitana de Barcelona y coordinadora técnica de la Red de Ciudades por la Bicicleta, y Jaume del Palacio, técnico de Benito Urban; que proporcionan, cada uno desde su ámbito, una visión integral del tema.

La movilidad en las ciudades, tal y como ya prevén muchos de los Planes de Movilidad Urbana, tiene que ser saludable, segura, sostenible y equitativa, explica Silvia Casorrán. A nivel nacional, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética (7/2021) se presenta como un buen avance para establecer la obligatoriedad de realizar planes de movilidad urbana y zonas de bajas emisiones. Además, existen dos instrumentos estatales en tramitación que pueden ser relevantes para promover la movilidad urbana sostenible: se trata de la ley de movilidad sostenible y el proyecto del nuevo Reglamento General de Circulación. A ellos se suma la reciente aprobación en abril 2024 de la Directiva europea de calidad del aire, que establece límites más estrictos para diversos contaminantes, y que los países de la Unión deberán cumplir como máximo en 2030. “Este nuevo escenario implica que las medidas de lucha contra la contaminación atmosférica a nivel estatal, regional y local tendrán que ser mucho más ambiciosas durante el resto de la década actual”, comenta la experta.

 

Unificando los beneficios que brindan la digitalización, el Big Data, la sensórica o el IoT, se abre un amplio abanico de posibilidades para mejorar la gestión urbana.

 

 

Nuevos equipamientos para una movilidad renovada

Sin duda, en los últimos años la bicicleta y el patinete se han demostrado como medios de transporte muy eficientes, en especial desde que los motores eléctricos les han ayudado a ganar en comodidad y velocidad. Por otro lado, los vehículos compartidos en general, como bicicletas, patinetes o turismos, han resultado ser una alternativa óptima para solventar muchas de las necesidades de movilidad, ya sea en combinación con el transporte público o bien como único medio de transporte. El próximo paso consiste ahora en desplegar las infraestructuras adecuadas para apoyar y fomentar el uso de estos transportes alternativos; lo cual pasa por la construcción de carriles bici segregados, aparcamientos seguros, puntos de carga accesibles para vehículos eléctricos compartidos, etc. 

Desde Benito Urban, como expertos en el desarrollo de equipamientos urbanos, comentan que éstos juegan un papel clave en la descarbonización del territorio. Para impulsar proyectos que contribuyan a la sostenibilidad de las ciudades, las ayudas públicas enfocadas en la transición ecológica, como los fondos Next Generation, diversas subvenciones o programas específicos, resultan fundamentales. Alineados con esta misma misión, la entidad ha lanzado al mercado un nuevo catálogo de productos denominado “movilidad segura y sostenible”, que agrupa todas aquellas soluciones de movilidad urbana y seguridad vial que se adaptan a las nuevas modalidades de transporte, en combinación con la protección del medio ambiente. Jaume del Palacio aclara que, además de aquellos productos que incorporan materiales reciclados o se integran en los espacios verdes, destacan especialmente los aparcamientos de bicicletas autónomos y complementos para carriles bici y espacios peatonales. 

 

Sin una apuesta firme por los transportes libres de emisiones, la promoción de los espacios peatonales y la creación de zonas verdes, será imposible alcanzar la tan ansiada neutralidad climática de aquí a 2050.

 

En el contexto de este nuevo modelo urbano centrado en la movilidad sostenible, es crucial reconocer la necesidad de desarrollar y adaptar los equipamientos urbanos. Éstos deben estar diseñados no solo para mejorar la eficiencia energética y reducir el impacto ambiental, sino también para facilitar la predominancia del transporte libre de emisiones en las ciudades. Sílvia Casorrán señala como puntos de acción prioritarios la generación de infraestructura segregada para bicis y vehículos de movilidad personal, además del control de velocidad para garantizar la seguridad vial en el espacio público. Junto con ello, la experta remarca que “para hacer extensivo su uso y ganar espacio a los vehículos de motor, se necesitan espacios de aparcamiento seguros, tanto para las bicicletas como los vehículos de movilidad personal”.

Como fabricantes y proveedores de soluciones para la movilidad del futuro, desde Benito Urban afirman que, sin duda, los aparcabicicletas que ofrecen seguridad y control son lo que están teniendo una mayor acogida. Éstos son gestionados a través de la APP BENITO, que permite a los usuarios controlar diversas funciones dentro de los aparcamientos, facilitando diferentes acciones como su apertura y cierre o la búsqueda de espacios disponibles. “Esta combinación de seguridad y facilidad de uso ha hecho que estos aparcabicicletas sean los más demandados por nuestros clientes. Los hemos diseñado para cubrir una de las necesidades más demandadas por los usuarios: poder dejar su bicicleta o patinete de forma segura y conveniente en la esfera urbana”, comenta Jaume del Palacio. 

En línea con lo anterior, la inteconexión de los equipamientos con soluciones tecnológicas emergentes representa también un paso crucial hacia la modernización y la eficiencia en las ciudades. Unificando los beneficios que brindan la digitalización, el Big Data, la sensórica o el IoT, se abre un amplio abanico de posibilidades para mejorar la gestión urbana. Gracias a una cada vez mayor incorporación de herramientas de geolocalización, monitoreo y análisis de datos, entre otras, la forma en que las ciudades planifican y ordenan los desplazamientos en su interior se verá alterada, adaptándose ahora a las necesidades individuales de sus habitantes para obtener mayores niveles de bienestar social, económico y ambiental.

 

 

 

Movilizar el cambio

Sílvia Casorrán aclara que la cuestión que más conflictiva está resultando, pero que a su vez es crucial para avanzar en el cambio hacia ciudades más sostenibles y saludables, es el de restar espacio de aparcamiento o de circulación al vehículo de motor y controlar su velocidad. “Solo de esta forma se puede garantizar el impulso de otros medios de transporte y usos del espacio público, como los espacios peatonales, carriles bus, carriles bici, etc”. La experta argumenta que, si bien los gobiernos locales han tenido que adaptar este espacio público a las nuevas necesidades, aún está siendo todo un reto garantizar la buena convivencia en las calles, en especial por las diferentes velocidades y modalidades de transporte que confluyen en él. En el lado positivo, alega que desde la sociedad civil existen diferentes entidades y movimientos organizados impulsando la transformación para conseguir unas ciudades más saludables.

A raíz de su experiencia como coordinadora de la Red de Ciudades por la Bicicleta e integrante del Área Metropolitana de Barcelona, Casorrán afirma que el futuro urbano se definirá por una movilidad mucho más activa, en transporte público y vehículo eléctrico y compartido. “Para tal fin, las administraciones públicas se están enfocando actualmente en ganar más espacio para las personas y propiciar el uso social de las calles, que además serán más verdes; con lo que se reducirán los impactos negativos de la contaminación atmosférica, acústica, generación de gases de efecto invernadero, siniestralidad, etc.”, sintetiza. 

 

"Las administraciones públicas se están enfocando actualmente en ganar más espacio para las personas y propiciar el uso social de las calles", afirma Sílvia Casorrán, coordinadora de la Red de Ciudades por la Bicicleta.

 

Ahora sabemos que en la nueva planificación de la ciudad los equipamientos urbanos, más allá de su fin utilitario, jugarán un rol crucial para facilitar la vida de los usuarios, aportando confort y bienestar en los espacios públicos. Para acompañar el objetivo de crear espacios inclusivos, accesibles y conectados, entidades como Benito Urban son un claro ejemplo de cómo los propios usuarios están moldeando, con sus necesidades específicas, la manera de diseñar estas soluciones. “En la urbe del futuro se promoverá la movilidad sostenible, el transporte público y colectivo, y se crearán más espacios verdes y de biodiversidad. Al ser fabricantes, podemos permitirnos adaptarnos a las necesidades del momento, poniendo en el mercado los productos más innovadores”, aclara Jaume del Palacio. 

Tras este análisis y respondiendo a la pregunta que encabeza el reportaje, ¿Hacia dónde se dirige la movilidad urbana?, podemos responder que, si bien su horizonte apunta hacia la neutralidad climática, el camino hacia la misma estará condicionado por el mayor o menor compromiso adquirido para transformar la infraestructura de transporte tradicional en cada territorio. Sin una apuesta firme por los transportes libres de emisiones, la promoción de los espacios peatonales y la creación de zonas verdes, será imposible alcanzar la tan ansiada neutralidad climática de aquí a 2050. La solución es sencilla y pasa por reorientar las prioridades hacia una movilidad sostenible, segura y conectada.  


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