Medio Ambiente

Desde la llegada del actual equipo de gobierno, el Ayuntamiento de Sevilla ha puesto en marcha el proyecto de renovación más ambicioso de los últimos años en materia de limpieza urbana. A través de una inversión total de 35,5 millones de euros, se está modernizando la flota de vehículos de Lipasam, la maquinaria operativa y el equipamiento urbano, al tiempo que se refuerzan los recursos humanos y se introduce un nuevo modelo operativo.

Según el alcalde José Luis Sanz, hace apenas dos años la situación de la flota impedía cubrir incluso los servicios básicos de recogida de residuos diarios. Para revertir esa situación, se adoptaron medidas de urgencia como la contratación inmediata de personal técnico y la incorporación de 35 vehículos. Ese fue el primer paso de una estrategia que hoy continúa con acciones de largo recorrido y planificación sostenida.

Una flota robusta y eficiente

El plan contempla la adquisición de 346 nuevos vehículos y equipos, de los cuales 294 ya han sido adjudicados, incluyendo:

• 2 furgones eléctricos

• 6 semirremolques de piso móvil

• 6 brigadas eléctricas

• 6 hidrolimpiadores eléctricos

• 20 auto-compactadores estáticos

• 2 minirecolectores eléctricos

• 37 turismos (29 coches + 8 furgonetas)

• 3 recolectores de carga trasera eléctricos

• 2 barredoras de arrastre

• 100 triciclos eléctricos

• 13 cubas para puntos limpios y barredoras

• 35 motocarros (20 eléctricos y 15 térmicos)

• 10 barredoras con pértiga

• 10 baldeadoras de aceras de media presión

• 8 compactadores de carga lateral

• 3 minirecolectores eléctricos

• 10 barredoras

• 21 recolectores de carga lateral

Además, otros 52 vehículos están actualmente en fase de licitación, incluyendo:

• 7 compactadores de carga trasera

• 10 baldeadoras

• 13 motocarros

• 10 furgones taller

• 10 brigadas

• 2 vehículos para mobiliario urbano

Homogeneización del equipamiento urbano

En paralelo, se está implementando un cambio integral de contenedores en toda la ciudad, que supondrá una inversión superior a 17 millones de euros durante los próximos cuatro años. El objetivo: dotar a Sevilla de un modelo único de contenedor de carga lateral, instalado en todos los barrios.

Asimismo, se ha adjudicado un contrato para el reemplazo de 2.700 papeleras, con un presupuesto cercano a los 400.000 euros.

Estas medidas responden a la voluntad del consistorio de superar años de infrafinanciación e impulsar un modelo de limpieza moderna, eficiente y acorde a las necesidades actuales.

Refuerzo y estabilidad en la plantilla

En materia de personal, también se han dado pasos decisivos:

• Conversión en indefinidos de 235 empleados (200 peones y 35 oficiales de taller), consolidando puestos clave para la mejora del servicio.

• Aumento del 6 % en la plantilla media, que alcanza los 1.800 trabajadores.

• Creación de una nueva bolsa de empleo temporal integrada por 1.950 personas (1.500 peones y 450 oficiales de taller). Desde 2013 no se producía una convocatoria de este tipo, y en esta ocasión se ha triplicado el número de plazas ofertadas entonces.

La previsión para 2026 es continuar en esta línea de refuerzo de personal y recursos técnicos.

Apuesta firme y comparativa con otras ciudades

Cuando el actual gobierno tomó posesión en 2023, el presupuesto asignado a Lipasam representaba el 10,8 % del presupuesto municipal, con un gasto por habitante de 149,8 euros. En contraste, Málaga, con 200.000 habitantes menos, destinaba 176,5 euros por persona, es decir, un 18 % más de esfuerzo económico.

En el presupuesto de 2024 se corrigió parcialmente esta diferencia, alcanzando los 162,96 euros por habitante, y en 2025 se ha dado un paso más, con un incremento del 36 % en el presupuesto de Lipasam respecto a hace dos años.

“Seguiremos apostando por invertir en la limpieza de esta ciudad que se ha llevado muchos años infrafinanciada. Estamos recuperando años de abandono en inversión en contenedores, en flota y, lo que es más importante, en personas”, afirmó el alcalde Sanz.

Más servicios y mejor cobertura territorial

Ya se ha comenzado a implantar un nuevo modelo operativo por zonas, iniciando en la zona norte y con expansión prevista al resto de la ciudad. Este sistema introduce una mayor dotación de medios humanos y técnicos, así como la racionalización del mobiliario urbano, especialmente en lo que respecta a papeleras y contenedores.

Además, el contenedor marrón para biorresiduos ya se ha desplegado en casi toda la ciudad, en línea con los objetivos de separación selectiva y economía circular.