Medio Ambiente

Con el objetivo de actualizar el servicio de mobiliario urbano, la Junta de Gobierno Local ha adjudicado un contrato específico para el suministro de 127 bancos destinados a diferentes zonas de Pamplona.

El Área de Conservación Urbana y Sanidad del Ayuntamiento de Pamplona ha detectado la necesidad de renovar estos elementos en varios espacios de la ciudad y apuesta por un modelo lo más sostenible posible, que cumpla unas características técnicas concretas, alineadas con las normativas actuales y orientadas a mejorar la ergonomía del uso cotidiano.

Empresa adjudicataria, importe y condiciones del suministro

En lo que respecta a la contratación, el suministro ha sido adjudicado a la empresa Benito Urban SLU, por un importe de 42.412,92 euros (con el 21 % de iva incluido). La firma será la responsable de proporcionar los 127 bancos junto con sus sistemas de anclaje, de modo que el servicio municipal pueda proceder posteriormente a su instalación. Asimismo, la empresa se encargará del transporte y descarga en la nave de los servicios técnicos municipales. El plazo de ejecución del contrato se ha fijado en un mes a partir de la formalización del mismo.

Características técnicas y diseño ergonómico 

En cuanto al diseño, los nuevos bancos presentan una longitud de 1.800 mm, una altura comprendida entre 400 mm y 450 mm, y una profundidad también entre 400 mm y 450 mm. Disponen de dos patas y dos reposabrazos situados en los extremos, configurando una estructura compuesta por cinco tablones. De estos, tres tablones horizontales forman el asiento, reforzados con perfil metálico oculto en el tablero, mientras que los otros dos tablones conforman el respaldo.

La estructura de patas y reposabrazos se ha diseñado con forma redondeada y una integración cuidada con el resto del banco, tanto en lo relativo al material como a la estética, con el fin de ofrecer un mejor comportamiento ergonómico en el uso diario.

Materiales sostenibles y mayor durabilidad

Desde el punto de vista de los materiales, los bancos se fabrican con elemento de polímero reciclado o madera técnica, lo que refuerza su carácter de mobiliario urbano sostenible. Se emplea tornillería galvanizada y patas metálicas —protegidas con imprimación epoxi y pintura poliéster en polvo o similar— o bien patas de materiales reciclados, todo ello con el objetivo de minimizar el mantenimiento y mejorar la durabilidad de los elementos en un buen estado de conservación.

Este enfoque permite optimizar la gestión de recursos municipales y al mismo tiempo contribuye a un espacio público más resistente y respetuoso con el medio ambiente.