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Reflexiones para cumplir los objetivos de reciclaje y preparación para la reutilización

Compartir los éxitos entre municipios es fundamental para inspirar a quienes aún están dudando. Pero aún más importante es compartir lo que no ha funcionado

Reflexiones para cumplir los objetivos de reciclaje y preparación para la reutilización
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Por Carlos Vázquez, Director de Servicio de Limpieza y Gestión de Residuos Ayuntamiento de Barcelona.

Solo hace falta consultar los últimos datos publicados sobre reciclaje y Preparación para la Reutilización para constatar que la mayoría de las Comunidades Autónomas están aún lejos de alcanzar los objetivos exigidos legalmente para los próximos años. Esto equivale a decir que una parte significativa de la ciudadanía, el comercio y la industria en España todavía no ha consolidado los hábitos necesarios de separación de residuos.

Por su parte, el MITECO ha acelerado la aprobación de normativas clave para establecer un marco regulador claro, con objetivos y obligaciones sectoriales, incluyendo las responsabilidades económicas derivadas de los SCRAP.

 

Que nadie tenga la tentación de pensar que solamente con campañas de comunicación llegaremos a cumplir los objetivos. Está demostrado que no es suficiente

 

Ante este escenario, tan acelerado como necesario —y largamente esperado por muchos—, los responsables municipales y de consorcios que se encuentran en fases iniciales de implementación pueden sentirse abrumados por la magnitud del reto. El riesgo es caer en el pesimismo y la parálisis, algo que ni ellos ni el país pueden permitirse.

Desde el optimismo de quien cree que aún estamos a tiempo (aunque poco), este decálogo pretende ser resumen de ideas, reflexiones y conceptos para tener en cuenta todos aquellos municipios que tienen la voluntad decidida de cumplir con los objetivos marcados y que lo ven como algo lejano y casi imposible.

Y si no formas parte de ese grupo de municipios, o simplemente no compartes las propuestas, no pasa nada: puedes desecharlas… eso sí, debes depositarlas en el contenedor del reciclaje de ideas.

 

1. Dibujar una hoja de ruta

“Me encanta que los planes salgan bien” - Hannibal Smith, el Equipo A.

Frente a la magnitud del reto que supone cumplir con los objetivos marcados por la normativa, es fácil no saber por dónde empezar y, como consecuencia, quedar paralizados. Contar con una hoja de ruta sencilla, enfocada en el corto plazo y con una cantidad de acciones que no nos desborden, puede ser clave para ponerse en marcha.

Una hoja de ruta demasiado extensa, con múltiples obligaciones, aquí es útil visualizar todas las fases de un plan integral, pero también puede generar confusión y desviar la atención de las acciones realmente prioritarias.

Pongamos como ejemplo a un corredor aficionado que se enfrenta a su primera maratón. Pensar en los 42 kilómetros que tiene por delante desde el primer paso solo genera ansiedad y bloqueo mental. Por eso, muchos dividen la carrera en tramos de 5 km, mucho más asumibles. Al llegar al kilómetro 5, el siguiente objetivo es el 10, y así sucesivamente.

Aplicado a nuestra hoja de ruta, esto significa establecer una combinación equilibrada de acciones complejas y simples, con distintos niveles de impacto, esfuerzo y resultados esperables. Imponernos grandes proyectos simultáneamente puede agotar a los equipos, especialmente si los resultados tardan en llegar o si hay voces críticas que amplifican las dificultades. Es mucho más eficaz priorizar aquellas acciones que nos permitan avanzar con paso firme y para las que ya contamos con la “musculatura” necesaria.

Eso sí, esto no debe servir como excusa para posponer indefinidamente otras acciones igualmente necesarias o incluso más eficaces. Como en la maratón, tarde o temprano llegará el temido “muro” del kilómetro 30, y si queremos llegar a la meta, no tendremos más remedio que superarlo. Del mismo modo, hay acciones complejas que deberemos afrontar, sí o sí, si queremos cumplir con los objetivos.

 

2. No es imposible, ni una locura

"Creo que sí, que has perdido la cabeza, estás completamente loco. Pero te diré un secreto: las mejores personas lo están."
— El Sombrerero, Alicia en el País de las Maravillas

Que nadie vea el camino hacia los objetivos como un acto de locura o una temeridad que pueda poner en riesgo un puesto de trabajo, un equipo, un alcalde o unas elecciones. Ya no estamos en ese punto. Hoy existen municipios que han logrado avanzar significativamente, o que están claramente en el buen camino. Sus éxitos —y también sus errores— deben servir de guía para el resto. De ellos debemos aprender.

En el momento actual, no hay espacio para improvisaciones ni ocurrencias. De hecho, lo más sensato es copiar. Y si esa palabra incomoda, digamos entonces que se trata de adoptar buenas prácticas ya implantadas con éxito en contextos similares. Existen múltiples recopilaciones de experiencias inspiradoras que pueden ayudarnos a identificar aquellas que mejor encajan con las características de nuestro municipio y de nuestra ciudadanía.

Tener la curiosidad de investigar, documentarse, analizar y visualizar cómo podríamos aplicar —e incluso mejorar— esas prácticas son, probablemente, lo más inteligente que pueden hacer ahora mismo quienes aún tienen camino por recorrer.

Pero para ello es necesario salir de las cuatro paredes de nuestra realidad, mirar más allá, tener curiosidad y, sobre todo, una mínima dosis de ambición.

 

En el momento actual, no hay espacio para improvisaciones ni ocurrencias. Lo más sensato es copiar o trata de adoptar buenas prácticas ya implantadas con éxito

 

3. Una doble recompensa

"No son nuestras habilidades las que muestran lo que somos, sino nuestras decisiones." – Albus Dumbledore, Harry Potter y la Cámara Secreta

Quienes trabajamos en este ámbito tenemos la fortuna de actuar en un doble frente: el servicio público y la acción ante la emergencia climática. Avanzar con decisión en la recogida selectiva, el reciclaje y la preparación para la reutilización nos ofrece una doble recompensa.

Primero está la satisfacción —profunda y legítima— de mejorar la vida de nuestros vecinos y vecinas. Ese es, al fin y al cabo, el propósito último de quienes nos dedicamos al sector público. Un municipio que cumple con los objetivos de reciclaje es un municipio más limpio, más solidario y con una mejor convivencia y calidad de vida.

Y, además, la acción ante la emergencia climática. Un municipio que alcanza sus metas contribuye activamente a la descarbonización, mejora su entorno natural y protege el ecosistema del que forma parte. Da pleno sentido a aquella consigna que los movimientos ecologistas de los años 80 pintaban en las paredes: “Actúa localmente, piensa globalmente.”

Un buen servidor público no debe renunciar a estos objetivos. Al contrario, debe trabajar con convicción para alcanzarlos. Por eso, me atrevo a decir que, si alguien en el sector no comparte esta visión, lo más honesto sería que dé un paso al lado y deje espacio a quienes sí están dispuestos a asumir este compromiso.

Porque ya no estamos para bromas. El momento de actuar es ahora.

 

4. Fuera hace frio

“Se buscan hombres para un viaje peligroso. Paga reducida. Frío intenso. Largos meses en la más completa oscuridad. Peligro constante. Es dudoso que puedan regresar a salvo. En caso de éxito, recibirán honores y reconocimiento.”  – Sir Ernest Shakleton , anuncio en The Times (supuestamente)

Se dice que Sir Ernest Shakleton puso tal anuncio en el diario The Times para reclutar tripulación para una expedición que tenía como objetivo cruzar la Antártida. En su anuncio no negó la realidad: pasarían frío y las noches serían largas. Y el reconocimiento escaso, solo honores. 

En nuestro viaje tendremos también días y noches así. Días tormentosos, grises, de dificultades que nos harán sufrir y hasta dudar del camino elegido. Nada es fácil cuando tratamos de modificar los hábitos diarios de nuestros vecinos y vecinas. 

Los que trabajamos en este sector sabemos que no recibiremos honores y recompensas. Nunca los hemos tenido, nunca los hemos esperado. Tenemos una cosa mayor: nuestra silenciosa satisfacción personal de poder ayudar a mejorar la vida de nuestro municipio y su medio ambiente. ¿Puede haber más grande satisfacción? ¿No es este suficiente motivo personal como para empezar o seguir insistiendo en nuestra hoja de ruta?   

5. No solo se trata de hacer campañas de comunicación

“Houston tenemos un problema”. John Swigert, astronauta del Apolo 13

Que nadie tenga la fácil tentación de pensar que solamente con campañas de comunicación llegaremos a cumplir los objetivos. Está demostrado que no es suficiente. Las acciones de comunicaciones son necesarias, pero no suficientes. 

Nuestros vecinos y vecinas reciben multitud de impactos comunicativos a lo a largo de un día, y para ser sinceros, los que llegan por parte de las “autoridades” no son a los que están más receptivos. 

Las acciones de comunicación generalistas, aquellas que intentan llegar a nuestra piel para convencernos para separar nuestros residuos, nos permitirán mantener los hábitos, no transformarlos. Y todos sabemos que para llegar a cumplir hay mucho por transformar, lo primero los hábitos. Para cambiar los hemos de hacer otras muchas cosas (ver listado final). Y ahora se trata de cambiar para avanzar, no solo de mantener hábitos. 

No olvidemos nunca que estamos frente a una resistencia al cambio del todo natural e intrínseca a la condición humana y este cambio hay que acompañarlo. 

 

Compartir los éxitos entre municipios es fundamental para inspirar a quienes aún están dudando. Pero aún más importante es compartir lo que no ha funcionado

 

6. ¿Cómo acompañar en decisiones complejas y difíciles?

"Ser presidente se parece mucho a administrar un cementerio: hay mucha gente debajo de nosotros y nadie nos hace ningún caso." – Bill Clinton

En muchos espacios técnicos es común escuchar críticas sobre la falta de ambición de los responsables políticos. Esta percepción, aunque comprensible, no siempre considera la complejidad del contexto en el que se toman decisiones de alto impacto social.

Los políticos enfrentan presiones múltiples: expectativas ciudadanas, equilibrios institucionales, tiempos electorales y, sobre todo, la necesidad de certezas. Es aquí donde el personal técnico juega un papel fundamental. No basta con ofrecer datos: hay que construir confianza.

Los técnicos debemos proporcionar certezas bien fundamentadas: indicadores de impacto, escenarios esperables, análisis de riesgos, beneficios directos e indirectos. La información debe ser clara, relevante y contextualizada. Y siempre ofrecer ejemplos concretos: los casos de éxito, experiencias previas y simulaciones ayudan a visualizar el alcance real de una decisión. Los ejemplos convierten lo técnico en algo comprensible y persuasivo.

Conozco a muchos políticos que se atreven con el lenguaje técnico. Quizás los técnicos también debamos traducir nuestras ideas al lenguaje político. No se trata solo de informar, sino de facilitar argumentos que puedan ser usados en el debate público, en la negociación y en la comunicación institucional. Esto es un gran gesto de empatía institucional que debemos realizar. 

En este camino de convencimiento mutuo, necesitamos un tercer invitado, un actor protagonista más: el compromiso firme de las empresas del sector. Ha llegado el momento de que hablen, no solo de eficiencia operativa, sino también de objetivos de reciclaje y PXR. La consecución de estos debe tener, para sus directivos, la misma relevancia que sus cuentas de resultados.

Recientemente asistí a una mesa redonda con responsables de empresas debatiendo sobre sistemas de recogida eficientes. Solo escuchándolos, quedó claro con qué empresas los municipios pueden cumplir los objetivos… y con cuáles no. No debería estar lejos el día en que este criterio sea puntuable en las licitaciones públicas.

En todo caso, el mejor camino es aquel en el que todos compartimos objetivos. Y, si no es pedir demasiado, que realmente nos los creamos.

 

7. La generosidad de la verdad  

“Yo soy tu padre”. Darth Vader en el Imperio Contraataca 

La verdad es un concepto que, lamentablemente, parece estar perdiendo valor. Basta con observar el panorama informativo diario para darse cuenta de que cada vez importa menos. Pero en nuestro pequeño mundo de los residuos, donde los resultados son tangibles y medibles, no podemos permitirnos ese lujo.

Compartir los éxitos entre municipios es fundamental para inspirar y animar a quienes aún están dudando. Pero aún más importante es compartir lo que no ha funcionado. Y para eso, no todo el mundo está preparado.

Si queremos alcanzar colectivamente los objetivos, debemos ser generosos y honestos con nuestros homólogos. Incluso si eso implica reconocer errores o fracasos. Porque compartir nuestras dificultades no nos debilita: nos fortalece como comunidad profesional. Y a quienes nos siguen, aprenden de nosotros y nos ayudan a mejorar.

La verdad, aunque incómoda, es el mejor regalo que podemos ofrecer a quienes quieren avanzar. Seamos valientes. Seamos generosos. Seamos verdaderos.

 

Los técnicos debemos proporcionar certezas bien fundamentadas: indicadores, escenarios esperables, análisis de riesgos, beneficios directos e indirectos. La información debe ser clara, relevante y contextualizada. Y siempre ofrecer ejemplos concretos

 

8. La importancia del relato

"Francamente querida, me importa un bledo." – Clark Gable como Rhett Butler en Lo que el viento se llevó

A menudo se señala a la ciudadanía como la principal causa del incumplimiento de los objetivos. Pero cabe preguntarse: ¿los ciudadanos de los municipios que sí cumplen son diferentes? ¿Tienen alguna mutación que los hace más disciplinados o motivados?

La respuesta es evidente: no. Todos los municipios comparten una diversidad de comportamientos humanos. Las barreras, las excusas y las dificultades para separar residuos son prácticamente las mismas en todas partes. Si no logramos avanzar, probablemente sea porque no hemos sabido convencer con nuestro relato.

No basta con tener un buen proyecto, ni con replicar modelos exitosos de otros lugares. La clave está en el relato dominante. Si conseguimos construir un relato sólido, adaptado a nuestros interlocutores, nuestro proyecto será imbatible. Porque tenemos la verdad y la razón. Pero en un mundo donde ambas parecen perder valor, el relato se convierte en nuestra principal herramienta.

Trabajemos nuestros argumentos, nuestras motivaciones, y construyamos un relato que acompañe a nuestra verdad. Porque no hay otra verdad más que la nuestra.

 

9. El sector productivo industrial

"¿Quiere casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta." – Groucho Marx

Los municipios no siempre están cerca del sector productivo. Nuestra vocación de proximidad con la ciudadanía nos acerca más al sector terciario y de distribución que a la industria transformadora. Conceptos como el ecodiseño, la simbiosis industrial o mejorar la capacidad de reparar los productos nos resultan lejanos.

Sin embargo, un municipio que aspira a cumplir los objetivos no puede ignorar la economía circular donde el sector industrial tiene un papel clave. La falta de competencias reguladoras no debe ser excusa: debemos acercarnos, colaborar y cerrar el círculo.

Así como instalamos placas fotovoltaicas en equipamientos públicos como ejemplo de descarbonización, también podemos impulsar acciones que fomenten la economía circular: fiestas sostenibles, reducción de residuos mediante vajillas reutilizables, compra pública de productos fabricados con materias primas secundarias, o la eliminación de plásticos de un solo uso en actividades municipales.

Para lograrlo, necesitamos crecer en sensibilidad hacia la industria del reciclaje. Sin ejemplaridad perdemos argumentos. Y sin argumentos, no seremos parte activa de quienes tienen la responsabilidad de cerrar los círculos de una economía basada en el reciclaje.

 

10. Dejemos un espacio a la PXR, aunque sea pequeño

"Los pequeños cambios son poderosos." – El Capitán Lechuga, Club Super 3

Es evidente que los objetivos de reciclaje y de preparación para la reutilización se alcanzarán, en gran medida, mediante una recogida selectiva eficaz. Esta realidad puede llevarnos a pensar que la reutilización y la PXR son elementos secundarios, casi decorativos, sin capacidad real de transformación.

Aunque desde una perspectiva cuantitativa esta percepción puede parecer razonable, desde el punto de vista conceptual es profundamente errónea. La reutilización y la PXR ocupan los peldaños más altos en la jerarquía de gestión responsable de los residuos. Ignorarlas equivale a ignorar el objetivo más importante: prevenir y reducir la generación de residuos.

Las acciones de PXR, aunque no generen cifras espectaculares, aportan coherencia, credibilidad y sentido estratégico a nuestras políticas públicas. Refuerzan el relato institucional y nos alinean con los principios que sustentan la normativa europea y los modelos avanzados de gestión de residuos.

No dejemos fuera aquello que nos hace más coherentes como gestores públicos. Reservar espacio para la prevención y la PXR no solo es una cuestión técnica, sino también ética. Nos otorga fuerza moral, coherencia institucional y, además, puede ayudarnos a mejorar nuestros indicadores, aunque sea por unas décimas.

 

11. No son solo los objetivos de los municipios, son los objetivos de todos

“Siempre se llega a alguna parte si se camina lo bastante." – Alicia, Alicia en el país de las maravillas

Los municipios tenemos una gran capacidad para asumir responsabilidades, incluso aquellas que no nos corresponden directamente. Estamos acostumbrados a trabajar bajo presión, a ofrecer soluciones rápidas y a no decir “no” fácilmente. Sin embargo, esta vocación de servicio no debe llevarnos a cargar con objetivos que también pertenecen a otros actores del sistema.

Los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) tienen metas sectoriales que, en muchos casos, coinciden con las municipales. ¿Por qué entonces permitimos que sus incumplimientos se conviertan en nuestras cargas? El incumplimiento de los objetivos locales también debería ser interpretado como un incumplimiento compartido: de los SCRAP, de las Comunidades Autónomas y, en última instancia, del Gobierno.

Pero creo que nadie quiere fracasar. Por eso, avancemos juntos.
Dediquemos nuestros esfuerzos a mejorar la recogida, a motivar a la ciudadanía, a construir alianzas sólidas. No permitamos que se nos señale como el eslabón débil del sistema. Sin la acción municipal, los demás actores tampoco lograrán sus objetivos y el fracaso será colectivo. 

Eso sí, avancemos con decisiones coherentes, lógicas y motivadas. La corresponsabilidad no es solo una exigencia técnica, sino una condición ética para el éxito colectivo. Estoy convencido que, entre todos, ¡sí somos capaces de conseguirlo!

 

Acciones concretas para avanzar hacia los objetivos

Para completar las ideas y reflexiones adjunto un listado de acciones que, bien combinadas e implementadas, pueden acercarnos significativamente a los objetivos:

  • Implantar la recogida selectiva segregada en actividades económicas singulares (comercios, grandes generadores).
  • Crear puntos limpios de barrio en la trama urbana, apostando por la máxima proximidad. 
  • Extender la recogida de la fracción orgánica a todo el municipio.
  • Mejorar la calidad de las fracciones selectivas ajustando las bocas de los contenedores.
  • Facilitar la separación en origen con herramientas: bolsas específicas, cubos aireados, recipientes para el aceite de cocina usado, etc.
  • Implantar sistemas de recogida de textil: contenedores, recogida domiciliaria, etc.
  • Aplicar modelos de recogida eficientes: puerta a puerta y/o contenedores inteligentes con control de acceso.
  • Cubrir el coste total del servicio mediante la tasa de residuos.
  • Establecer bonificaciones por participación activa en la recogida selectiva.
  • Reclamar el retorno del impuesto cedido sobre el vertido de residuos.
  • Impulsar la implantación del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR).
  • Realizar campañas de comunicación con una inversión mínima de 3 €/año por habitante.
  • Dar ejemplo mediante la ambientalización de eventos públicos (fiestas, conciertos, deportes).
  • Promover pactos locales con entidades y gremios: “Pacto por los residuos”.
  • Colaborar con escuelas mediante la cesión de recursos y proyectos centrados en prevención y PXR.
  • Inspeccionar y sancionar conductas incorrectas, revisando los importes si es necesario.
  • Incluir a las empresas contratadas en la estrategia: no solo son prestadoras de servicios sino aliadas de alto valor añadido. 
  • Disponer de un equipo profesional y permanente de agentes/educadores ambientales.
  • Mantener limpios los contenedores y áreas de aportación. Garantizar recogida sin desbordes.

Entre otras muchas…

 


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