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Puddles, la diversión acuática que desarrolla capacidades cognitivas, físicas y sociales

Puddles, la diversión acuática que desarrolla capacidades cognitivas, físicas y sociales
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Resultan divertidos, atractivos, estimulantes. Por eso atraen la atención de los niños de  una forma irresistible. Pero además, los juegos acuáticos les permiten explorar un mundo de posibilidades mientras desarrollan habilidades. Especialmente los que han sido creados precisamente para que aprendan a través del juego, como los puddles. Y es que, además de divertirse saltando sobre ellos como harían sobre un charco de lluvia, este innovador elemento de juego que supone un giro en el rociador de suelo tradicional, les ofrece una nueva forma interactiva de chapotear.

El secreto está en su diseño: la superficie blanda de la plataforma de salto los anima a pisar sobre ellos con fuerza, bailar o simplemente saltar para crear todo tipo de efectos de agua. Y es que, dependiendo de cómo sea esa presión que ejercen sobre la plataforma, lograrán un efecto u otro. Así es como aprenden que cuando saltan más fuerte, el chorro de agua que provocan es más alto y también sale más cantidad de agua. O que cuanto más suave pisan la plataforma, más gotas como de lluvia caen a su alrededor. Pero además, pueden bloquear con pies o manos parte del flujo de agua, aprendiendo a controlar  el juego. Y al mismo tiempo, su pensamiento creativo se desarrolla explorando con un elemento que les da tanto juego como el agua. 

Así lo comprobó la Dra. Beverlie Dietze, investigadora y experta en educación infantil y juego al aire libre, que afirma que los puddles ofrecen una oportunidad para que los niños profundicen en habilidades como la concentración y la atención o la relación entre causa y efecto. “Cuanto más tiempo se dedique a explorar lo que se puede hacer con el chorro de agua, más se desarrollarán las habilidades de concentración y la capacidad de atención (…). Cuanta más experiencia tenga con el sistema de agua, más conocimiento se desarrolla sobre las propiedades de causa y efecto del agua”, afirmaba en este artículo. A lo que añadía que a través del juego se desarrollaban en los niños conocimientos sobre el flujo y el movimiento del agua, aprendían a comparar situaciones y desarrollaban pensamientos lógicos sobre el funcionamiento de mecanismos como el de los puddles.

 

 

Pero además de habilidades cognitivas, este tipo de elementos de juego acuático, que ha desarrollado la firma Waterplay de la que Savia Proyectos es distribuidor, fomentan también las habilidades sociales y físicas. De hecho, el organismo es uno de los grandes beneficiados gracias a la actividad física que fomenta este juego, esencial tanto en pequeños como en mayores para mantener un buen estado de salud. La OMS recomienda que los niños inviertan como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa, y recuerda que un tiempo superior reportará un beneficio aún mayor para la salud. Ese tiempo quedaría cubierto con una sesión de juego de puddle.

En cuanto a las habilidades sociales, los puddles permiten tanto el juego individual como el grupal, ya que la exploración de su plataforma puede hacerse solo o en compañía. Pero si se elige la segunda opción, el juego puede resultar mucho más enriquecedor, ya que fomenta el trabajo en equipo y la colaboración al tiempo que se multiplica la diversión.


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