La estrategia, que se aprobará en Pleno en junio y forma parte del proyecto RUNA 2025, busca conectar espacios naturales, mejorar la gestión del agua y reforzar la adaptación de la ciudad al cambio climático
El Ayuntamiento de Pamplona da un paso decisivo hacia un modelo urbano más sostenible y resiliente con la aprobación esta semana en Comisión del Plan de Infraestructura Verde y Azul y Drenaje Urbano Sostenible, una herramienta clave de planificación diseñada para mejorar la calidad ambiental de la ciudad. Está previsto que el documento se eleve al Pleno municipal el 5 de junio para su aprobación definitiva y entrada en vigor.
Este plan establece los principios y normas para orientar las futuras actuaciones urbanas, incorporando criterios de sostenibilidad, protección de la biodiversidad y adaptación al cambio climático. Según explicó el concejal delegado de Gobierno Estratégico, Urbanismo, Vivienda y Agenda 2030, Joxe Abaurrea Martín, su aplicación ya ha comenzado en algunos desarrollos recientes como la reurbanización de la avenida Pío XII —concebida como un corredor sostenible—, el parque de la Magdalena, los patios escolares renaturalizados o el planeamiento del futuro barrio de Donapea.
El plan se enmarca en el proyecto RUNA 2025, financiado con 2,7 millones de euros por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), a través de fondos europeos del programa NextGenerationEU.
Uno de sus ejes centrales es la integración de infraestructuras verdes y azules, con los ríos como elementos vertebradores. La propuesta persigue una red ecológica coherente, que conecte entornos fluviales, zonas verdes y tramas urbanas, aportando servicios ecosistémicos clave como regulación hídrica, mejora de la calidad del aire, hábitats biodiversos y espacios públicos de calidad.
En este marco se identifican diversos elementos del territorio que configuran el sistema de Infraestructura Verde (IV): desde ríos, arroyos, humedales y acuíferos, hasta corredores ecológicos, vías verdes, caminos históricos o espacios con valor socio-cultural. Todos ellos forman parte de un entramado urbano-natural que busca ordenar y potenciar la resiliencia ambiental de la ciudad.
El plan incorpora una estrategia de drenaje urbano sostenible (SUDS) que permitirá reducir la inundabilidad en distintas zonas de Pamplona y reaprovechar el agua de lluvia para el riego urbano, según subrayó Abaurrea. Estas soluciones se basan en la naturaleza y la gestión del ciclo hídrico, aumentando la permeabilidad del suelo y reduciendo la presión sobre las infraestructuras convencionales.
Además, el documento propone un modelo de ordenanza municipal que establezca criterios técnicos claros para el desarrollo futuro, incluyendo un tratamiento específico para los espacios fluviales que combine uso público, protección de la biodiversidad y control del impacto urbano.
El plan se ha desarrollado con la participación activa de personal técnico municipal y ciudadanía, y contiene 25 memorias valoradas que dan forma a proyectos concretos para futuras intervenciones: desde la creación de nuevas zonas verdes y jardines, hasta la renaturalización de espacios urbanos existentes o la generación de corredores sostenibles que articulen los distintos barrios de la ciudad.
Con esta herramienta, Pamplona consolida una apuesta decidida por la planificación urbana con enfoque ambiental, posicionándose como un referente en el diseño de ciudades que buscan afrontar los retos del cambio climático desde la escala local.
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