Medio Ambiente

La economía circular, la separación de residuos y, en definitiva, el medioambiente y la sostenibilidad dan la bienvenida a un nuevo contenedor a pie de calle. El Ayuntamiento de Madrid ha finalizado la instalación de 48 contenedores de aceite vegetal ubicados en vía pública y mercadillos del total de 578 que se desplegarán por toda la ciudad. Los contenedores de aceite vegetal fomentarán el aumento de la recogida selectiva y, por tanto, la recuperación de un residuo tan contaminante.

Madrid está comprometida con el reciclaje y la economía circular a través de su Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360 y en los próximos meses continuará la implementación de los 530 contenedores restantes en instalaciones municipales y 200 comunidades de vecinos.

De momento, el Ayuntamiento ya ha recibido 23 solicitudes de comunidades a través del portal de sugerencias y reclamaciones, mediante el correo sgresiduos@madrid.es y otros canales de atención ciudadana Línea Madrid. Para ayudar a la difusión de esta opción de recogida, un servicio totalmente gratuito, se colabora con el Colegio de Administradores de Fincas de Madrid.

Hasta ahora el aceite podía ser depositado en los puntos limpios, donde se llegaron a recoger 178.604 litros en el año 2019, alcanzando en 2020 la cifra de 233.738 litros y, por tanto, un incremento del 30,8 %. Estas cifras seguirán en aumento con la instalación de los nuevos contenedores: 200 en dependencias municipales (53 % del total); 67 en colegios (18 %); 46 en mercados y galerías (12 %); 40 en la vía pública (10 % del total); 16 en puntos limpios fijos (4 %); ocho en mercadillos (2 %) y uno en una de las bases de puntos limpios móviles del municipio.

El contrato para la recogida, mantenimiento y gestión del aceite de procedencia doméstica fue adjudicado por decreto el 7 de octubre de 2020. Con una duración de cuatro años, con posibilidad de un año de prórroga con acuerdo de ambas partes, contempla la distribución de 5.300 embudos de plástico reutilizables a los ciudadanos que lo deseen. Se podrán obtener en los puntos limpios y en acciones puntuales de comunicación, así como en las juntas de distrito una vez que se empiecen a colocar los contenedores en mercados y viviendas, previsiblemente en mayo.

Nuevo elemento urbano: aspecto, cuidado y uso

Una gota de aceite vegetal tirada por el inodoro es un residuo altamente contaminante. Sin los filtros de las depuradoras, un solo litro de aceite contaminaría hasta 1.000 litros de agua. En cambio, si se recicla es un recurso con cierto valor económico al convertirse en biodiesel. Mediante el contrato, firmado con la empresa ECO OLEUM S.L, el Ayuntamiento recibe 40,03 euros por contenedor al año.

Distinguir un contenedor de aceite del resto de los posicionados en vía pública será fácil. Son metálicos, de color gris y con un gran círculo naranja, están dotados de sistema antivandalismo, que impide la apertura y extracción del material. La cubeta interior es metálica y estanca.

Sólo se debe depositar aceite usado de cocina y no aceites de motor y siempre dentro de una botella de plástico bien cerrada, preferiblemente transparente (tipo refresco). En el contenedor debe depositarse únicamente la botella, sin bolsa. Es conveniente evitar el cristal que podría romperse al precipitarse al interior.

Se reconvierte en biocombustible

Tras la recogida y el transporte comienza el tratamiento y gestión: su valorización por parte de la empresa concesionaria que convertirá el residuo en biocombustible. Una vez que el residuo se pesa en básculas homologadas y certificadas de la planta de tratamiento de Alovera, se pasa a producción, donde se clasifican los distintos envases y todos los impropios. En torno al 10 % del aceite recogido son mermas, esto es, pan o harina, que la concesionaria deriva a compostar, mientras que los envases que contienen el aceite, las botellas con sus correspondientes tapones se reciclan garantizando la trazabilidad. Cuando el aceite es procesado, se regenera y tiene como único fin la fabricación de biodiésel.

Cada año se generan en Madrid 1,2 millones de toneladas de residuos domésticos y comerciales, es decir, unos 370 kilos de residuos generados por cada uno de los 3,3 millones de residentes al año. Y cada año, los datos que se refieren a reciclaje son más esperanzadores ya que la población madrileña separa mejor en origen. Este 2020 se ha saldado con un 7 % menos de residuos y con un mayor número de visitas a los puntos limpios.

Descienden los residuos no reciclables en el cubo naranja

Los hábitos de separación y reciclaje entre la población madrileña se consolidan y ahora tienen un aliado nuevo. Durante 2020 han descendido en un 20 % los residuos no reciclables del cubo naranja. De hecho, por fracciones, el descenso más importante respecto a 2019 ha sido en resto no reciclable, con 669.884 toneladas, (-20 %), mientras que la orgánica se ha incrementado en un 56 % (182.450 toneladas).

La fracción de envases y la de papel y cartón también han aumentado un 5 %, es decir, 101.554 toneladas y 67.889, respectivamente, algo que va ligado al incremento del auge electrónico, depositándose mayor número de artículos embalados a domicilio. El vidrio ha descendido en un 3,8 % (55.803 toneladas) y la ropa también en un 26,7 % (nueve toneladas), debido probablemente al estado de alarma y el confinamiento. No obstante, la disminución es inferior a la media (7 %) por los hábitos de reciclaje de este residuo, que se encuentran muy implantados en la ciudadanía.

Si 2020 ha tenido una cara positiva, ésa ha sido la de la gestión de residuos. A pesar de las restricciones por la pandemia y el cierre de los puntos limpios durante al menos dos meses, la visitas a los puntos de reciclaje se incrementaron en 2020 en un 1,2 %, pasando de las 606.975 de 2019 a las 614.287 repartidas entre 466.182 a puntos limpios fijos y 148.105 a puntos limpios móviles.