El reciclaje de la fracción orgánica es una absoluta prioridad para los municipios que quieren contribuir a una economía circular real y a reducir la cantidad de residuos que acaban en vertederos. Según los datos que arroja el Misterio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), cada persona tiró, en 2024, 24,38 kilos de alimentos a la basura. Pese que muchas personas separaron en origen para dar una segunda vida a estos residuos, algunas, por desconocimiento o por falta de acceso, no utilizaron las bolsas correctas. Y es que, para garantizar que el compost pueda ser válido para usos agrícolas y energéticos es imprescindible usar bolsas compostables que permitan su degradación durante el proceso de compostaje.
DORLET waste ha diseñado Maddi BAG, una máquina expendedora de bolsas compostables que introduce un sistema de distribución totalmente automatizado
Para facilitar el acceso a este tipo de bolsas y fomentar la separación en origen, DORLET waste ha diseñado Maddi BAG, una máquina expendedora de bolsas compostables que introduce un sistema de distribución totalmente automatizado. Su funcionamiento, mediante la aproximación de la tarjeta ciudadana, elimina la necesidad de intervención humana y permite la administración inteligente de recursos, ajustando la entrega de bolsas a frecuencias preestablecidas.
Con ello, Maddi BAG ofrece un doble beneficio: por un lado, asegura que cada usuario reciba las bolsas que le corresponden, fomentando el uso responsable y el reciclaje de esta fracción; por otro, facilita a la administración un mecanismo de control y trazabilidad, optimizando la logística de reparto y reduciendo costes asociados a la distribución tradicional. El objetivo del sistema es claro: poner a disposición de la ciudadanía todos los medios posibles para fomentar el reciclaje de esta fracción, y que, como una consecuencia natural, sus esfuerzos se traduzcan en un impacto positivo en la sociedad y en el medioambiente.
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