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Urbanismo


Las ciudades han adaptado su entorno a la sostenibilidad. ¿Quieres saber qué elementos urbanos protegen el medio ambiente?


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Mobiliario urbano sostenible   

 

Los escenarios urbanos están a la orden del día. La sociedad demanda ciudades inclusivas, resilientes, con espacios verdes y lugares de ocio y trabajo en los que se puede desarrollar una vida más sostenible. 

 

El crecimiento de la población en las ciudades y su correspondiente aumento de la contaminación hacen necesaria la adaptación de los elementos de mobiliario urbano de manera respetuosa con el medio ambiente, con el objetivo de conseguir un ahorro energético al planeta y económico a las arcas municipales.

 

 

Farolas solares   

 

Es quizás el elemento urbano con más vocación de sostenibilidad en las ciudades. La iluminación de las calles, plazas o avenidas durante la noche supone un gasto elevado para la administración local, pero totalmente necesario por razones de seguridad. 

 

El sencillo funcionamiento de las farolas solares, con un panel fotovoltaico que recoge la luz solar durante el día y la almacena en una batería para liberarla durante la noche, ha propiciado que muchas ciudades del mundo ya estén adaptadas a este sistema de energía limpia y que el catálogo de diseños y características técnicas sea amplio.

 

 

Marquesina de autobús inteligente   

 

Su utilidad para proteger a los usuarios los días de frío, viento y lluvia está fuera de toda duda. Sin embargo, la empresa española SmartCities Lab ha ido un paso más allá y ha creado la Smartquesina. 

 

La Smartquesina ofrece funcionalidades como la compra de abonos de transporte en la propia parada con una app propia para el móvil, la planificación de la ruta en su pantalla digital o la consulta y descarga de información interactiva. Todo ello con energía autogenerada de manera limpia gracias sus estaciones mini eólicas y fotovoltaicas en la parte superior de la estructura.

 

 

Contenedores soterrados   

 

Otro elemento que puebla las calles de las ciudades son los contenedores de basura. Tradicionalmente han sido motivo de controversia por el espacio que quitan a peatones, vehículos o terrazas, los olores que desprenden o la facilidad de acceso para los animales. 

 

Por eso, la creación de los contenedores bajo tierra ha supuesto una innovación en cuanto a funcionalidad, sostenibilidad y diseño. Con un sencillo sistema, los recipientes quedan ocultos bajo tierra y el único elemento visible es del tamaño de una papelera, por lo que ese espacio se puede aprovechar para la circulación de coches y personas. Además, se eliminan los olores y la recogida por parte de los servicios públicos es igual de cómoda.

 

 

Semáforos LED   

 

Si hay un elemento urbano que tradicionalmente ha supuesto un gasto energético tan necesario como continuo, este es el semáforo. En la mayoría de casos funciona 24 horas al día para regular el tránsito de peatones y vehículos, con el consiguiente consumo ininterrumpido. 

 

La implantación de iluminación LED para los semáforos significa un ahorro en todos los aspectos. Su bajo consumo supone un ahorro económico y energético. Además, su mantenimiento es mínimo y su calidad es mayor, eliminando el llamado efecto fantasma que puede despistar a los conductores en los días de más luz solar.

 

 

Parquímetros solares   

 

Al igual que semáforos o farolas, los parquímetros para regular las plazas de estacionamiento en el centro de las ciudades son otro elemento que requiere de energía para funcionar. 

 

Expedir tickets, contabilizar dinero, mostrar información en pantalla... es una pequeña cantidad de energía que gracias a placas solares en su parte superior.

 

 

Jardineras inteligentes   

 

La vegetación dota a las ciudades de un alto valor ecológico, medioambiental y saludable. Hasta ahora su presencia quedaba delimitada a los parques y grandes avenidas con espacio suficiente para plantar árboles. 

 

Sin embargo, se puede ir un paso más allá y utilizarlas como sustituto verde de otros elementos. Es el caso de las jardineras inteligentes: una gran maceta con plantas o flores que se sitúa como barrera al principio de una calle restringida al tráfico y que se oculta o desplaza automáticamente cuando un vehículo autorizado quiere franquearla para volver después a su posición inicial sin sufrir ningún daño. Adiós a los antiestéticos bloques de hormigón y pivotes metálicos.

 

 

Parques infantiles sostenibles   

 

Las zonas de recreo para los más pequeños también han evolucionado en los últimos años. De los columpios de metal oxidado de los 80 y 90 se ha pasado a espacios con atracciones de plástico blando y suelo antigolpes. 

 

Además, en varias ciudades se han inaugurado ya como experiencias piloto los parques infantiles sostenibles, construidos con materiales reciclados y respetuosos con el medio ambiente, tanto en su fabricación como en su mantenimiento. Es el caso del Parque de Simancas en Valladolid, España, o los proyectos de “Parques infantiles sostenibles de Krajicek”, iniciativa impulsada por el ex tenista belga Richard Krajicek para expandir este tipo de lugares de ocio en los núcleos urbanos.


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