La ciudad supera las 183.000 toneladas recogidas, con un avance en la separación selectiva y la consolidación del contenedor marrón
El Ayuntamiento de València ha recogido un total de 183.309 toneladas de residuos entre enero y junio de 2025, lo que supone un aumento del 5,75 % respecto al mismo periodo del año pasado. Según los datos del Servicio de Limpieza y Recogida de Residuos, más de 61.800 toneladas proceden de la recogida selectiva, situando el índice de separación en el 33,73 %, frente al 32,83 % registrado en 2024.
El incremento, aunque moderado, supone un paso positivo en la estrategia municipal para reducir los residuos depositados en el contenedor gris y fomentar la economía circular. La recogida selectiva permite aprovechar materiales que se convierten en nuevas materias primas, mientras que los desechos del contenedor gris suelen acabar en vertedero tras su paso por las plantas de valorización.
La evolución del contenedor marrón confirma esta tendencia. En los seis primeros meses de 2025 se recogieron 23.335 toneladas de materia orgánica, lo que representa un crecimiento sostenido desde su implantación definitiva en 2021. Estos residuos se transforman en compost de alta calidad, destinado a fertilizar los campos de l’Horta y mejorar las cosechas locales.
También han crecido otras fracciones: la recogida de papel y cartón subió un 10 %, la de envases ligeros un 9,2 %, y la retirada de muebles y enseres a domicilio aumentó un 20 %, con 6.828 toneladas recogidas frente a las 5.690 del mismo periodo de 2024.
El análisis de la evolución histórica refleja que la generación de residuos suele acompañar a los ciclos de bonanza económica. En València, tras la caída provocada por la pandemia en 2020, los volúmenes de desechos han crecido de forma constante, pasando de 162.017 toneladas en el primer semestre de 2021 a más de 183.000 en 2025.
El Ayuntamiento recuerda además que pequeños gestos ciudadanos, como separar correctamente los residuos, utilizar los contenedores adecuados, avisar al 010 para la recogida de trastos o acudir a los ecoparques, son esenciales para consolidar un modelo de consumo responsable y sostenible. Estas prácticas contribuyen a reducir la presión sobre el vertedero, proteger la salud y avanzar hacia una verdadera economía circular.
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