Medio Ambiente

La pacificación de entornos escolares permite generar espacios de convivencia más saludables, inclusivos y de calidad. Así se desprende de un informe que evalúa las intervenciones urbanísticas llevadas a cabo en el marco del programa "Protegim Les Escoles" (Protegemos Las Escuelas) del Ayuntamiento de Barcelona, ​​y que destaca los beneficios para la salud no sólo de los niños, sino también del resto de la comunidad.

Un informe preliminar elaborado por investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) analiza los cambios relacionados con estas intervenciones en el entorno de ocho escuelas concretas, teniendo en cuenta cinco dimensiones distintas: el uso del espacio público, el flujo y movimiento de los peatones, el juego infantil en la calle, el flujo de vehículos motorizados y la calidad del aire.

El estudio diferencia dos estrategias de pacificación: las que incluyen un corte total de la circulación de vehículos motorizados (calle escuela) y las que incluyen un corte parcial (calle de convivencia). Todos los entornos escolares evaluados muestran mejoras en algunas de las dimensiones . Se observa una reducción global del flujo de vehículos motorizados del 80  %, que alcanza casi el 90% en las calles que se han beneficiado de una pacificación total.

Los investigadores destacan que las personas se apropian de las calles pacificadas, y que el uso del espacio público se ha triplicado allí donde la calle ha quedado cerrada al tráfico de vehículos motorizados. 

«Destacan las intervenciones en las que la calle se ha cerrado totalmente al tráfico. Es allí donde vemos los mejores resultados: en la calle de Fígols, frente a la Escuela Lavínia, en la calle de la Baixada de Can Mateu, frente a la Escuela Carabassa, y la calle de Leiva, frente al Instituto Escuela Artes» , explica Jordi Honey-Rosés, investigador del ICTA-UAB y coordinador del estudio junto con Mònica Ubalde, de ISGlobal.

La transformación de los entornos escolares ha permitido generar espacios más inclusivos, donde se detecta un incremento del uso por parte de personas mayores y niños. La reducción del tráfico hace que haya más juego infantil en la calle, que se incrementa hasta cuatro veces , y también se observa un aumento en la proporción de niñas que juegan en la calle. Esta situación favorece el incremento de la actividad física y las relaciones de socialización entre los niños, promueve su salud física y emocional y favorece su desarrollo. 

«Esto se ha detectado de forma notable en los entornos pacificados de las escuelas Lavínia, Arts y Calabaza» , destaca Mònica Ubalde.

Se aprecia una mejora general de la calidad del aire en los entornos pacificados. La limitación del tráfico ha contribuido a una reducción de entre el 2 y el 7% de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO 2 ), especialmente en la calle de Fígols, frente a la Escuela Lavínia , donde el tráfico se ha reducido de forma sustancial. 

«Esta reducción favorece la salud respiratoria , cardiovascular y neurológica de la población; por ejemplo, tiene efectos positivos sobre el asma infantil o el neurodesarrollo », explica Mònica Ubalde. 

Por ello, los promotores del estudio consideran que el programa "Protegim Les Escoles" es una pieza clave para conseguir una ciudad pacificada y saludable, como herramienta de transformación que prioriza a la población más vulnerable en favor de la toda la ciudadanía.

Este informe preliminar analiza los entornos escolares pacificados en 2021 . Está previsto que se presenten los resultados completos del estudio , con las transformaciones de 2022, en un documento final que se publicará próximamente.