Entrevista a Enrique Luis de Salvador Sánchez, director del Instituto de Estudios del Territorio de la Xunta de Galicia
Xunta de Galicia
19/11/2025
Luis de Salvador Sánchez está al frente del Instituto de Estudios del Territorio de la Xunta de Galicia, desde donde ha consolidado un enfoque técnico, integrador y transversal del paisaje como eje estructurante de la ordenación territorial. En esta entrevista, detalla las principales líneas de actuación impulsadas bajo su dirección, como los Pactos por el Paisaje o la reciente Estrategia Gallega de Infraestructura Verde. Además, expone cómo estos instrumentos buscan responder desde la planificación a los retos actuales, integrando sostenibilidad, conectividad ecológica y gobernanza multinivel.
Galicia se dotó en 2008 de una norma legal específica, la Ley de protección del paisaje, que incorporó a nuestro marco legal los principios que había establecido el Convenio Europeo del Paisaje, en vigor en España desde el 1 de marzo de 2008.
Los principios inspiradores de esta Ley son los que han marcado las líneas prioritarias de trabajo en esta materia. Entre ellos, se podría destacar el reconocimiento jurídico del paisaje como elemento importante de nuestro entorno y del bienestar humano, la defensa del paisaje, el diseño y aplicación de políticas destinadas a su protección, gestión y ordenación, integrando la variable paisajística en las políticas de protección ambiental, de ordenación territorial y urbanística, etc; el fomento de la sensibilización de la sociedad gallega en lo referente al valor del paisaje, su importancia y funciones, o la promoción del estudio y la formación en este campo.
La política autonómica desarrollada en materia de paisaje también se materializó en la primera Estrategia del Paisaje Gallego, elaborada en 2011 con el horizonte de 2016, teniendo un antecedente directo en los trabajos realizados para elaborar el Plan de Ordenación del Litoral.
Desde esa fecha hasta la actualidad se han desarrollado diferentes estrategias con distintos objetivos y alcance, y con numerosos hitos alcanzados.
En concreto, desde el año 2021 cabe destacar la colaboración con entidades públicas y privadas para acordar Pactos por el Paisaje, la puesta en marcha de Planes de acción por el paisaje; el desarrollo de las Directrices del Paisaje; la elaboración de Guías y manuales de buenas prácticas e integración paisajística; el establecimiento de itinerarios de interés paisajístico; los planes para el control y la eliminación del “feísmo” en Galicia; la concesión a los ayuntamientos merecedores del distintivo “Bandera Verde”; as acciones de divulgación y educación y la redacción de la Estrategia Gallega de la Infraestructura Verde son algunas de las acciones para desarrollar el “fermosismo” en Galicia.
“La ordenación de los espacios rurales está guiada por dos referencias fundamentales: la preservación de los valores naturales y ambientales, y el aprovechamiento racional de los recursos”
El paisaje de Galicia es verde y abrupto, marcado por cerros suaves y multitud de ríos, tributarios del Miño, en el interior, y cortos y rápidos en el caso de los que descienden hacia las costas cantábrica y atlántica. La dispersión poblacional tan característica de Galicia ofrece la oportunidad de descubrir su geografía visitando multitud de pequeñas aldeas y pueblos.
Además, somos la comunidad autónoma marítima por excelencia, con el litoral más largo de toda España: un total de 2.555 kilómetros, considerando no solo los 1.659 kilómetros de su perímetro costero, sino también los 432 kilómetros que rodean sus cientos de islas e islotes y los 464 kilómetros de sus marismas y arenales.
La ordenación de los espacios rurales está guiada por dos referencias fundamentales: la preservación de los valores naturales y ambientales, y el aprovechamiento racional de los recursos. Ambos aspectos pueden englobarse gracias al enfoque paisajístico, ya que el paisaje no se entiende sin la intervención humana.
Esa intervención humana en la construcción del paisaje puede orientarse desde dos vertientes. Por un lado, la agricultura, la ganadería y el aprovechamiento forestal han dado forma, durante siglos, a lo que podemos denominar paisajes agrarios, o en clave cromática, el "verde productivo". Por otro lado, podemos identificar una intervención preventiva, cuyo objeto es preservar valores, el "verde protegido".
La tendencia en la ordenación territorial debe ser la consideración no excluyente de ambas vertientes. Es decir, entender que el aprovechamiento de los recursos naturales no puede ser incompatible con la preservación de dichos recursos para las generaciones futuras, y que la protección de valores es más eficaz y sostenible si va acompañada de la participación activa de la población, también en clave de aprovechamiento racional.
"La tendencia en ordenación territorial debe ser la consideración no excluyente entre el verde productivo y el verde protegido”
Las estrategias de Infraestructura Verde devienen de las políticas impulsadas por la Unión Europea, acordes a los objetivos de conservación, protección y mejora de la calidad del medio ambiente, la protección de la salud de las personas, la utilización prudente de los recursos naturales y la lucha contra el cambio climático. Así, la Comisión Europea ha puesto en marcha distintas estrategias y normativas cuyo objetivo final es contribuir a detener la pérdida de biodiversidad ocasionada por el impacto de las actividades humanas, así como promover un uso más racional y sostenible de los recursos naturales.
La Estrategia Gallega de Infraestructura Verde responde al compromiso adquirido por España, como Estado miembro de la UE, que se reflejó tanto en la normativa estatal como en la autonómica, y que contemplaba la aprobación de este documento en el plazo de tres años una vez aprobada la nacional. Esta aprobación fue en 2020 y se publicó en julio de 2021. Galicia aprobó su estrategia en octubre de 2024.
Los retos ambientales y climáticos actuales hacen necesario cambiar la mirada del planificador y afrontar de forma activa temas como la fragmentación del territorio, resultado de diferentes factores y que derivan en una pérdida de biodiversidad o de conectividad ecológica, ambas vitales para un buen estado de los ecosistemas que prestan tantos servicios al ser humano. La Estrategia de Infraestructura Verde busca cambiar esa mirada para mantener o recuperar el buen estado de hábitats y ecosistemas que nutren a la sociedad de alimentos, de materiales diversos, como la madera, de agua y aire limpios, que regulan los procesos de erosión y evitan las inundaciones, así como también ofrecen servicios culturales y de esparcimiento contribuyendo a mejorar la calidad de vida de la población.
Para que la naturaleza siga proveyendo estos servicios esenciales para el ser humano, es clave que la planificación territorial tenga presente la necesidad de preservar el estado de los ecosistemas, mejorar la biodiversidad allí donde se ha visto mermada y conservar o recuperar los espacios que permiten a las especies desarrollarse en plenitud sin poner en riesgo su supervivencia. Cuando un hábitat se ve reducido, puede llegar a hacer inviable la vida de algunas especies que acaban por desaparecer, alterando los equilibrios naturales.
El cambio climático es otro factor que introduce el factor de urgencia en la respuesta que hemos de dar en el uso del territorio para que este pueda mitigar sus efectos y dé una mejor respuesta a los eventos adversos que parecen venir asociados a este cambio del clima, lo que solemos llamar resiliencia.
“La Estrategia de Infraestructura Verde de Galicia busca cambiar la mirada del planificador para enfocarla hacia mantener o recuperar el buen estado de nuestros hábitats y ecosistemas”
La EGIVCRE establece los criterios para la identificación de aquellos espacios que deben formar parte de la red de espacios que configuran la IV con el objetivo de mantener o recuperar los ecosistemas, favoreciendo su integridad espacial y temporal. Así mismo, establece criterios y orientaciones para la implementación en el horizonte de 2050, o para las acciones de restauración cuando estas sean necesarias.
Conceptos clave de la EGIVCRE son la biodiversidad, la conectividad, los servicios ecosistémicos, la multifuncionalidad y multiescalaridad, la restauración ecológica y las llamadas soluciones basadas en la naturaleza, acciones que utilizan, protegen, gestionan de manera sostenible y restauran los ecosistemas naturales y modificados para abordar desafíos sociales, económicos y ambientales, beneficiando al mismo tiempo a las personas y a la biodiversidad.
Estas soluciones se inspiran en la naturaleza y sus procesos para ofrecer alternativas a las estrategias tecnológicas convencionales, también conocidas como medidas grises.
Las soluciones basadas en la naturaleza (SBN) se enfocan en aprovechar los servicios que ofrecen los ecosistemas para responder a problemáticas como el cambio climático, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y la reducción de riesgos de desastres. Algunos ejemplos incluyen la restauración de humedales para mitigar inundaciones, la creación de techos verdes para reducir el efecto de isla de calor en ciudades, o la implementación de prácticas agrícolas sostenibles para mejorar la seguridad alimentaria y reducir la erosión del suelo.
Los objetivos de la Estrategia son coincidentes con los de la nacional, como aplicar herramientas de planificación y gestión territorial con un planteamiento que vincule las actuaciones con los resultados esperados de conservación de biodiversidad, de mantenimiento y restauración de la conectividad y la funcionalidad de los ecosistemas y sus servicios; coordinar a las Administraciones Públicas para que se consiga una implementación efectiva; aplicar una integración transversal en todas las políticas públicas con incidencia territorial; y no menos importante, promover la mejora del conocimiento científico y la transferencia de información.
Estos objetivos se dividen en ocho metas para dar respuesta a las necesidades y retos actuales como son la reducción de los efectos de la fragmentación y pérdida de conectividad ecológica, la restauración de hábitats y ecosistemas, la mejora de la provisión de servicios ecosistémicos, la resiliencia y la adaptación al cambio climático, la coherencia territorial de la Infraestructura Verde a través de un modelo de gobernanza o su incorporación efectiva a las políticas sectoriales y asegurar una adecuada comunicación y participación de toda la sociedad.
A partir de la aprobación de la EGIVCRE se necesita poner en marcha un Plan de implementación y seguimiento de la Infraestructura Verde de Galicia, que incluirá un cronograma, criterios e indicadores para el seguimiento, la evaluación, así como una estimación de los costes y fuentes de financiación. La EGIVCRE ya establece una lista de acciones prioritarias a llevar a cabo en la fase de implementación orientadas tanto a la restauración ecológica como a reducir la fragmentación de hábitats.
El objetivo general es ayudar a las entidades locales a impulsar refugios climáticos en sus territorios, aumentar la biodiversidad de los espacios urbanos y mejorar sus entornos verdes y fluviales. Realmente el abanico de posibilidades es amplio pero los proyectos subvencionados en el marco de esta primera convocatoria se pueden dividir en tres grupos. Iniciativas como la plantación de especies autóctonas que, junto con el uso de pavimentos naturales, contribuyan a crear refugios urbanos que atenúen el efecto "isla de calor"; la creación de nuevos espacios como fachadas, cubiertas, muros y balcones verdes así como jardines verticales para incrementar la biodiversidad urbana; y, finalmente, el acondicionamiento y mejora de las infraestructuras verdes (sendas, parques etc) y azules (ríos) que rodean estas zonas, entre otras.
“La EGIVCRE tiene una escala de planificación regional, pero su implementación ha de hacerse en la escala subregional y local, “cosiendo” todos los elementos de Infraestructura Verde de los ayuntamientos”
La gobernanza a distintos niveles, entre el gobierno autonómico y particularmente con las entidades locales, es clave para el éxito de cualquier estrategia de Infraestructura Verde ya que una de las características que la definen es la multiescalaridad. La EGIVCRE tiene una escala de planificación a nivel regional, pero su implementación ha de hacerse en la escala subregional y local, “cosiendo” todos los elementos de Infraestructura Verde de los ayuntamientos.
La incorporación de la Infraestructura Verde (IV) a la normativa gallega se realiza a través de la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad de Galicia, y por la Ley de ordenación del territorio de Galicia. Mediante esta última, precisamente, Galicia ya incorporó formalmente la IV en su análisis territorial, reconociéndola como un sistema territorial básico y vertebrador del territorio. En la misma se examina cómo la IV se convierte en una herramienta estructurante y reguladora del planeamiento territorial en línea con las estrategias europeas y nacionales.
Es decir, la visión de consolidar a la Comunidad Autónoma como un referente en la planificación y lucha contra el cambio climático ya se tiene con anterioridad a la aprobación de la EGIVCRE, y se consolida con la misma, respondiendo a estos retos con la elaboración de una estrategia propia, siendo la primera y la única que lo ha hecho hasta el momento.
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