Urbanismo

El barrio de La Cartuja Baja, en Zaragoza, cuenta ya con un nuevo parque de mayores instalado por Industrias Agapito, pensado para fomentar la práctica de ejercicio físico y mejorar la calidad de vida de las personas adultas y mayores. Su ubicación en un entorno tranquilo y accesible lo convierte en un recurso clave para impulsar el envejecimiento activo, la salud comunitaria y la vida al aire libre.

Equipamiento variado y seguro

La instalación destaca por la diversidad y funcionalidad de sus elementos, que permiten realizar un recorrido progresivo para trabajar distintas capacidades físicas de manera segura. Entre los aparatos más relevantes figura un paso de obstáculos orientado a fortalecer las extremidades inferiores, junto con estaciones específicas para la rotación de hombros, el giro de cintura y el equilibrio.

El parque incluye también herramientas destinadas a la movilidad de brazos, como la escalera de hombro y el autopasivo, que facilitan la mejora de la flexibilidad y la coordinación.

Bancos ergonómicos con valor añadido

Además de los aparatos de ejercicio, el parque incorpora bancos ergonómicos que integran dispositivos complementarios. Entre ellos se encuentran pedales, platos psicomotrices, mecanismos de rotación de brazos y tablas de rehabilitación tipo Bohler y Freeman. De este modo, cada punto de descanso se transforma en una nueva oportunidad para la activación física.

Un proyecto con impacto comunitario

La creación de este espacio supone mucho más que la instalación de un equipamiento deportivo. El parque está concebido como una infraestructura para la salud, enfocada en la prevención de la dependencia y en la promoción de la convivencia intergeneracional. Se trata de un lugar donde el ejercicio se convierte en una rutina agradable y compartida, adaptada a las necesidades reales de sus usuarios.

Compromiso con la innovación social

Desde Industrias Agapito, fabricantes de parques de mayores, se reafirma la apuesta por soluciones accesibles, duraderas y beneficiosas para toda la ciudadanía. Iniciativas como la de La Cartuja Baja demuestran cómo el espacio público puede ser un motor de salud y bienestar al servicio de la comunidad.