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Smart Cities


Innovación, interoperabilidad y entornos colaborativos

La transformación digital de nuestras ciudades requiere un entorno colaborativo donde administraciones, grandes corporaciones tecnológicas y pymes innovadoras trabajen conjuntamente

Innovación, interoperabilidad y entornos colaborativos
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Por Daniel González-Bootello, Director General de Smart City Cluster

En la actualidad, las ciudades españolas se enfrentan a un reto fundamental: la fragmentación de sus servicios urbanos en múltiples plataformas tecnológicas que operan como silos aislados. Cada área municipal —alumbrado, residuos, agua, movilidad, energía…— suele contar con su propio sistema de gestión, lo que genera duplicidades, incrementa los costes de mantenimiento y dificulta una visión integral de la ciudad. Por tanto, la interoperabilidad emerge como la clave para transformar esta realidad fragmentada.

No se trata solo de conectar sistemas, sino de crear un lenguaje común que permita que los datos fluyan libremente entre diferentes servicios, departamentos y proveedores, generando sinergias que multiplican el valor de la información y mejoran la eficiencia en la prestación de servicios públicos.

 

Las ciudades españolas se enfrentan a un reto fundamental: la fragmentación de sus servicios urbanos en múltiples plataformas tecnológicas que operan como silos aislados

 

La gestión integrada de servicios urbanos representa un cambio de paradigma en la administración municipal. Este modelo se basa en la creación de plataformas horizontales que rompen los tradicionales silos organizacionales, permitiendo que la información y la lógica de negocio fluyan transversalmente a través de los diferentes dominios urbanos. Los beneficios de este enfoque son múltiples y tangibles. En primer lugar, se produce un ahorro significativo de recursos al eliminar redundancias y optimizar procesos. Y la coordinación entre servicios mejora sustancialmente, permitiendo actuaciones más eficientes y respuestas más rápidas ante incidencias. Además, la sostenibilidad se ve reforzada al poder gestionar de forma inteligente los recursos energéticos, hídricos y materiales de la ciudad.

 

Casos de éxito en la Smart City

La industria del desarrollo de ciudades lleva trabajando bastante tiempo en esta gestión integrada de servicios urbanos y contamos con casos de éxito de la interoperabilidad urbana como In4City, que permite la interconexión con otras plataformas smart city como FIWARE y garantiza la interoperabilidad entre sistemas heterogéneos. Otra apuesta de innovación, CityBrain, está basada en el concepto no-code, que permite a cualquier usuario crear sus propias apps y cuadros de mando operativos y estratégicos sin necesidad de conocimientos informáticos gracias a la tecnología open source.

Una solución que ya gestiona servicios en más de 20 municipios de la Comunidad Autónoma de Andalucía. En este sentido, otras plataformas como Thinking City, basada en FIWARE con interoperabilidad, integra hasta 25 componentes distintos y permite conectar sensores IoT, sistemas de Big Data e inteligencia artificial. Un sistema que han desarrollado más de 70 territorios españoles, como Valencia, Santander, Mallorca o Fuerteventura. También reconocida por su capacidad de interoperar se ha desarrollado la plataforma ArcGIS. Soporta más de 100 estándares diferentes y multitud de formatos y estándares independientes de datos y metadatos (KML, AIXM, S-57, INSPIRE, DCAT, ISO 19115…).

Otro de los ejemplos de interoperabilidad de la industria es Elliot Smart City: un software de código abierto que permite la interoperabilidad e intercambio de datos entre las diferentes infraestructuras y edificios y con otras ciudades. Su caso de éxito se ha desplegado, por ejemplo, en la ciudad de Rota (Cádiz), donde se ha implementado un sistema de interoperabilidad con la plataforma de la Diputación de Valencia mediante el que ambas administraciones son capaces de intercambiar datos en tiempo real. Málaga es otra de las ciudades que está implementando proyectos de esta índole.

Por un lado, GeDIA, una plataforma de inteligencia artificial que proporciona a los gestores de ciudades una herramienta de planificación estratégica basada en gemelos digitales. Y, relacionado con GeDIA, está el proyecto Centesimal, que comprende la integración de más de 1.200 sensores instalados en 200 lugares y edificios públicos de la ciudad que recogen datos en tiempo real y que forman la base de la información que muestra el gemelo digital. Muchos otros territorios apostaron en su momento y lo siguen haciendo por la interoperabilidad. Por ejemplo, Barcelona con Sentilo: una plataforma de sensores y actuadores de código abierto que integra miles de sensores urbanos y que fue premiada en el Open Awards 2016 como plataforma más innovadora con software libre. Su naturaleza de código abierto ha permitido que otras ciudades como Terrassa o Reus adopten esta tecnología.

Y, sin salir de las grandes ciudades, Madrid y su plataforma inteligente MiNT, que fue lanzada como proyecto en el año 2014, y que integra las incidencias que comunican los ciudadanos, el mantenimiento de la ciudad o las inspecciones municipales. Actualmente gestiona más de cinco millones de activos en el inventario y recibe más de dos millones de mensajes de los sensores instalados. Los municipios de menor número de habitantes, no solo las grandes urbes, también cuentan con plataformas de ciudad interoperables en diferentes puntos geográficos de España.

 

La interoperabilidad urbana permite integrar plataformas heterogéneas, facilitando una gestión conjunta de servicios sin necesidad de conocimientos técnicos especializados

 

En este sentido, figuran tanto el proyecto Sierra Oeste de Madrid en el que están inmersos 19 municipios como el que se lleva a cabo en la Mancomunidad de Municipios del Almanzora (Almería) que beneficia a 23 territorios. Eso sí, el verdadero cambio desde una gestión en silos hacia modelos colaborativos con la interoperabilidad como telón de fondo requiere nuevas competencias y mentalidad abierta. Necesita de un esfuerzo compartido de las empresas y las administraciones: las primeras para que generen productos y servicios interoperables y no pierdan oportunidades de negocio, y las segundas para que apuesten por modelos integradores de espíritu colaborativo entre cada una de las áreas de gobernanza. Superados estos retos culturales, quedan otros por salvar en materia de seguridad y privacidad, de normativas legales o de incompatibilidad tecnológica.

 

El papel de los ecosistemas colaborativos

Smart City Cluster, como agrupación empresarial innovadora que reúne a más de 200 asociados con más de 110.000 empleados, está inmersa de lleno en la transformación de los territorios. El enfoque colaborativo permite que empresas de diferentes tamaños y especialidades trabajen conjuntamente en el desarrollo de soluciones interoperables y en el de proyectos de innovación que respondan a las necesidades reales de los territorios. En nuestro caso, entendemos que esas transformaciones deben producirse en los territorios y dejar huella en la mejora de la vida de los ciudadanos.

 

Superar los modelos en silos requiere una transformación cultural hacia estructuras colaborativas, con soluciones interoperables que conecten infraestructuras y datos en tiempo real

 

En este sentido, hemos participado en numerosos proyectos de carácter innovador que han demostrado la fortaleza de la colaboración: unir talentos diversos para alcanzar metas que solo uno de ellos no sería capaz de lograr. En otro ejemplo de colaboración real, muy recientemente hemos conocido la experiencia del municipio de Las Rozas con la puesta en marcha de su primera área de movilidad multimodal junto a la estación de Cercanías de La Mata.

Es decir, la concentración de distintas formas de transporte sostenible en un mismo espacio de 2.000 metros cuadrados que integra puntos de recarga para vehículos eléctricos, plazas de aparcamiento de carsharing y movilidad reducida y taquillas seguras de parking para bicicletas y patinetes que permiten la recarga.

En conclusión, la transformación digital de nuestras ciudades requiere un entorno colaborativo donde administraciones, grandes corporaciones tecnológicas y pymes innovadoras trabajen conjuntamente. Y, a lo largo de nuestra historia reciente, los clústeres se han convertido en ese terreno de juego donde los proyectos de innovación unen capacidades para generar transformaciones.


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