El AMB está impulsando un nuevo paradigma en la recogida selectiva de los residuos municipales, una de sus líneas estratégicas durante el mandato 2015-2019, orientada a facilitar un cambio en los hábitos de la población en los próximos años. Este nuevo modelo se centra en cambiar los sistemas de recogida, no sólo para reducir el impacto ambiental, sino también para facilitar que los mejores resultados de recogida selectiva se vean recompensados económicamente.
Actualmente, la recogida selectiva en la metrópolis de Barcelona ha repuntado en 2018 y se encuentra en el 35,5%. El AMB, consciente de que las campañas informativas de los últimos años han llegado al límite de su efectividad, apuesta por un cambio de modelo de acuerdo con el Programa metropolitano de prevención de residuos y gestión de recursos y residuos municipales 2019-2025 (PREMET25), el plan de gestión de residuos en la metrópolis de Barcelona.
El PREMET25 tiene como objetivo dar cumplimiento a los mandatos de la Unión Europea: una tasa de reciclaje del 55% en 2025 y del 60% en 2030. Para ello, se marca el objetivo de que en 2025 todos los municipios metropolitanos deberán haber implementado un sistema de individualización de la recogida de residuos, que permita identificar a los usuarios, y vincular el tipo y la cantidad de residuos producidos a nivel individual.
En 2025 también se deberán haber establecido tarifas individuales en función de los residuos que se generen y de si se separan más o menos bien. Este pago por generación incluirá tanto los residuos generados en el ámbito doméstico, que representan un 60% del total, como los del ámbito comercial, que suponen el 40% restante.
Quién recicla mejor, paga menos
La principal fuente de ingresos para financiar el tratamiento de residuos domésticos y comerciales que se generan en el área metropolitana es la Tasa Metropolitana de Tratamiento de Residuos (TMTR). Este tributo todavía es demasiado desconocido por parte de la población. En la mayoría de municipios, las empresas suministradoras de agua incorporan la TMTR en la factura del agua como concepto independiente. En el último año, se han rediseñado las facturas de estas compañías, para mejorar la visibilidad y la comprensión de este importe.
El importe de la TMTR es proporcional al coste que tiene el tratamiento de residuos en cada municipio. Este coste depende tanto de la cantidad de residuos que se generan como del nivel de recogida selectiva. Por lo tanto, el cálculo del importe de la TMTR aproxima al concepto de "quien contamina, paga": los municipios que producen menos residuos y tienen unos niveles de recogida selectiva más altos pagan hasta tres veces menos que los que tienen el índice más bajo. El coste medio de la TMTR por hogar fue de 60 euros en el año 2018.
La TMTR también cuenta con varias bonificaciones: el uso de recogida fijos o móviles, por ejemplo, permite obtener un descuento creciente de hasta el 14% al cabo del año. Por otra parte, las familias en situación de vulnerabilidad tienen una bonificación del 100% del importe de la tasa. Esta medida se aplica a unas 18.000 familias de todo el territorio metropolitano, y se estima que el importe subvencionado en concepto de TMTR se acerca a los 800.000 euros.
El año 2018, el coste total de tratamiento de los residuos en el territorio metropolitano fue de 139 millones de euros. Un 62% se cubrió mediante la TMTR domiciliaria, un 24% con la TMTR no domiciliaria, y el 14% restante, con los presupuestos generales del AMB. La mayoría de este dinero se destinaron a gestionar los residuos no recogidos selectivamente para reducir su impacto ambiental y recuperar los materiales reciclables. Una mejor clasificación se traduciría en una reducción importante de los costes, y por tanto, del importe de la TMTR a pagar por la población.
Cambiar los hábitos de la ciudadanía
Para reforzar estas medidas, la AMB ha puesto en marcha una acción de comunicación a la ciudadanía, centrada en la web, que informa sobre diversos aspectos relacionados con la recogida selectiva: índices actuales de cada municipio metropolitano, los objetivos marcados por la Unión Europea, y el sobrecoste que implica una incorrecta clasificación, haciendo énfasis en el funcionamiento de la TMTR:
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