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El parque del Molinet de Santa Coloma estrena un nuevo alumbrado inteligente

La iluminación tiene sensores de presencia que controlan la intensidad y el color de la luz, por lo que respeta el ciclo biológico de las especies y reduce la contaminación lumínica

El parque del Molinet de Santa Coloma estrena un nuevo alumbrado inteligente
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El parque del Molinet de Santa Coloma de Gramanet cuenta con nueva iluminación a partir de hoy, gracias al laboratorio urbano liderado por el AMB y el cluster CICAT con los miembros del grupo de trabajo Urban Centric Lighting.

Los objetivos de este alumbrado experimental, son los siguientes:

  • Mejorar la seguridad y la convivencia en el espacio público, con un diseño de iluminación adecuado al espacio y centrado en las personas.
  • Preservar y mejorar la salud de las personas. Las características espectrales de la luz aplicada minimizan los efectos disruptivos en el ritmo circadiano en humanos y en el resto de especies vivas. El “reloj circadiario” es el responsable de regular los ciclos de actividad y descanso de los organismos y activa funciones vitales del sistema inmunológico.
  • Impulsar un alumbrado urbano sostenible, eficiente, saludable y tecnológicamente avanzado.
  • Potenciar la investigación (I+D) sobre la iluminación exterior urbana.
  • Mejorar la calidad ambiental de la metrópolis de Barcelona. Con ese cambio de modelo, se produce una importante disminución de la contaminación lumínica. Los equipos están dotados de unos sensores que aumentan los niveles de luz sólo cuando es necesario, esto es, que se adaptan a las necesidades de las personas.
  • Respetar la biodiversidad de los parques metropolitanos para compatibilizar el uso público con el aumento de especies de fauna.

La novedad tecnológica más puntera es el cambio del espectro de emisión de las luminarias, que pretende potenciar el uso público del parque y respetar el ciclo biológico de las especies y personas. Cuando no hay nadie, la luz es de un color anaranjado acentuado, reduciendo la afectación sobre la biodiversidad. Cuando ocurre una persona o el sensor detecta movimiento u ocupación, la luz anaranjada pasa a ser blanca, por lo que reproduce mejor los colores, pero siempre dentro de un rango de impacto mínimo sobre el reloj circadiario.

 

 

Esta luminosidad tiene dos beneficios importantes: minimiza los efectos lumínicos sobre el ciclo inmunológico a través de los receptores de la retina y mejora la percepción en el espacio público sólo cuando es necesario. También tiene un impacto positivo en la percepción de seguridad de las personas, ya que a menudo se relaciona la cantidad de luz con la seguridad, aunque no es un factor objetivo determinante.

Los usuarios del parque verán mejoras cualitativas en el ciclo del sueño, el estado de alerta o alteración, el rendimiento y el estado de ánimo, así como respuestas a los cambios estacionales.

El control de la iluminación se basa en sensores de presencia, que gradúan la intensidad y el color de la luz en función del uso y ocupación de los distintos espacios.

 

 

El AMB y el CICAT han instalado un total de 26 luminarias, con una inversión procedente del fondo de refuerzo de la competitividad gestionados a partir de ACCIÓ (Generalitat de Catalunya). Los recursos materiales y humanos han corrido a cargo de los fabricantes y empresas del sector involucradas:

  • Fabricación de productos especiales para el proyecto: Vossloh-Schwabe Ibérica, Carandini, iGuzzini y Benito Novatilu
  • Asesoramiento técnico: Citelum
  • Simulaciones de síntesis espectrales de luz para la salud: Kumux
  • Auditoría de los productos y la instalación: laboratorio Asselum
  • Diseño de la iluminación: estudio Anoche Iluminación Arquitectónica

El proyecto se ha llevado a cabo en tres zonas del parque con elevada concurrencia de usuarios: entorno a la Naturaula, zona de juegos y espacio bajo la pérgola que conecta una de las entradas principales con el sector del mirador.

Esta instalación ha supuesto un nuevo paradigma en el diseño de alumbrado, puesto que aglutina en un mismo sistema diferentes temperaturas de color, intensidades y niveles lumínicos, así como la regulación instantánea y autónoma de estos parámetros, sin comunicación con un sistema central de control de alumbrado, y con un bajo coste diferencial con respecto a una instalación convencional. Esta coyuntura mejora la gestión y control sobre el espacio.


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