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El parque de la Costeta de Begues se incorpora a la red de parques metropolitanos de Barcelona


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El pasado mes de marzo se ha incorporado el parque de la Costeta de Begues en la red de parques metropolitanos (XPM), que ya suma un total de 51 espacios verdes urbanos. La incorporación a la XPM implica la dotación de un sistema de gestión integral de todos los elementos del parque, desde la vegetación hasta el pavimento, pasando por el mobiliario y los equipamientos. Este mantenimiento se llevará a cabo mediante un modelo de control de calidad, que mejorará el espacio verde y garantizará la optimización de los recursos. Además, esta incorporación implica también la promoción del espacio público, con el objetivo de dar relevancia a los valores sociales y ambientales del parque a través de diferentes actividades de divulgación dirigidas a la ciudadanía, especialmente a familias y niños.

 

El crecimiento de la XPM es vital para consolidar la infraestructura verde metropolitana, que consiste en una naturalización de la metrópolis basada en la conectividad entre los espacios naturales y las zonas puramente urbanas. La recuperación ambiental del río Llobregat, la naturalización del litoral metropolitano sur a través de los sistemas dunares y la conexión del macizo del Garraf hacia los núcleos urbanos a través de espacios verdes como el parque de la Costeta son las actuaciones más relevantes de los últimos años en este sector del Llobregat. 

 

 

Particularidades del parque y de su transformación 

 

El parque metropolitano de la Costeta está ubicado entre los barrios de la Parellada y la Costeta de Begues, dentro de una zona de bosque mediterráneo, en una colina de 30 metros de desnivel. El proyecto de espacio verde tiene en cuenta el carácter natural específico de las diversas partes del bosque, caracterizados por la orientación, la topografía, la geología y el patrimonio histórico: la garriga, la solana, la umbría, los bancales, las rocas y el Griego. 

 

El parque facilita una nueva manera de recorrer un espacio forestal ya existente, de vivirlo y disfrutarlo, un bosque de especies autóctonas mediterráneas como la encina o el pino blanco. Esto es posible gracias a la conectividad del parque con los barrios que lo rodean, así como la que hay entre las diferentes zonas de actividades y de estancia. 

 

Los diversos ámbitos de acceso al parque y el diseño del perímetro de todo el parque implican una integración armónica con el entorno, de manera que se produce una transición suave entre las calles y el verde del parque. Se han colocado muros y elementos de acero Corten que se integran con las tonalidades del bosque. 

 

El paseo y las actividades recreativas son los dos usos más importantes. Por una parte, el visitante puede escoger diferentes recorridos estructurados en dos tipos: caminos y atajos. Los caminos recorren el parque siguiendo el trazado de las curvas de nivel, con una pendiente máxima del 6%, mientras que los atajos buscan trayectos más cortos trazados de perpendicularmente a la pendiente. Por otra parte, las actividades recreativas son también maneras diferentes de recorrer el parque, con los toboganes como trayectoria de bajada por la umbría, y el bosque de trepar como actividad de ocio y recorrido para descubrir la garriga. Los toboganes ajustan a la topografía como si se tratara del cauce de un pequeño arroyo, con su forma sinuosa y encajada en el terreno. El bosque de trepada, elaborado con troncos de madera unidos con cuerdas, es un juego para trepar que busca integrarse en el entorno. 

 

Además de las zonas lúdicas, hay varias zonas de estancia esparcidas por el bosque, pequeños espacios que se distribuyen por puntos singulares del parque.


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