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Medio Ambiente


El control de calidad, clave para modernizar los servicios urbanos

La limpieza viaria y la recogida de residuos afrontan un nuevo escenario en el que la calidad del servicio, la trazabilidad y los resultados medibles se convierten en una exigencia estratégica para los ayuntamientos

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Durante años, el control de calidad en los servicios urbanos, especialmente en limpieza viaria y recogida de residuos, ha estado ausente o limitado a métodos parciales: inspecciones puntuales, hojas de cálculo, gestión de incidencias o quejas ciudadanas. Ese enfoque, centrado en reaccionar ante los problemas, ya no responde a la realidad actual.

El contexto ha cambiado de forma radical. La presión sobre los municipios para mejorar la gestión de los servicios públicos es cada vez mayor, impulsada tanto por una ciudadanía más exigente como por administraciones superiores y organismos fiscalizadores que reclaman eficiencia, sostenibilidad, trazabilidad y resultados verificables. Hoy, el foco no está solo en prestar el servicio, sino en garantizar que se presta con calidad.

 

Un marco normativo más exigente

La evolución normativa ha reforzado esta necesidad. Las nuevas leyes de residuos, los objetivos europeos en economía circular y los principios de eficiencia en la contratación pública obligan a implantar mecanismos de control y evaluación objetivos. Informes recientes, como los del Tribunal de Cuentas o la FEMP, alertan de la ausencia o las graves carencias de los sistemas de supervisión actuales.

La falta de indicadores claros y verificables no solo dificulta la aplicación de penalizaciones o la correcta gestión de las contratas, sino que impide justificar decisiones técnicas y presupuestarias. En este escenario, el riesgo deja de ser únicamente operativo para convertirse también en un problema institucional, que afecta a la credibilidad y a la capacidad de gestión del propio ayuntamiento.

 

La falta de indicadores claros y verificables no solo dificulta la aplicación de penalizaciones o la correcta gestión de las contratas, sino que impide justificar decisiones técnicas y presupuestarias.

 

Una inversión estratégica para los municipios

Implantar un sistema real de control de calidad ya no es solo una obligación legal, sino una decisión estratégica. Los ayuntamientos que avanzan en este ámbito refuerzan su autoridad técnica, mejoran su capacidad de negociación con las empresas prestatarias, fortalecen su imagen pública y optimizan el uso de los recursos disponibles, al tiempo que avanzan en el cumplimiento de los objetivos ambientales.

Por el contrario, seguir gestionando únicamente a partir de incidencias, intuiciones o quejas ciudadanas supone perder capacidad de respuesta y confianza social. No controlar la calidad no es gratuito: genera ineficiencias, sobrecostes, conflictos contractuales y oportunidades perdidas, aunque no exista una partida presupuestaria que lo refleje de forma explícita.

En este contexto, sistemas como MIRA QA | Servicios Urbanos se plantean como una herramienta para dar ese salto cualitativo, al permitir definir criterios claros de calidad, establecer un seguimiento sistemático y facilitar inspecciones periódicas de forma sencilla y eficaz. El cambio ya está en marcha y marca el camino hacia una gestión urbana más moderna, profesional y orientada a resultados.


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