Urbanismo

Las administraciones pueden ir más allá de sus palabras contra el feísmo; tienen la opción de predicar con el ejemplo con diseño, sostenibilidad y materias primas y mano de obra española en sus actuaciones.

"Un banco, una papelera, una jardinera, un aparcabicis o un semáforo pueden cumplir su función y, al tiempo, contribuir a mejorar el paisaje, el medio y la economía local”. Así lo sostiene Iago Martínez, gerente de Edigal. Esta firma gallega se dedica al mobiliario urbano y fabrica sus piezas con criterios ambientales.

Ecodiseño y experiencia

Edigal nació hace casi tres décadas, dedicada a los cuadros eléctricos. “Con esfuerzo y tratando de dar siempre una respuesta personalizada a nuestros clientes”, recuerda Martínez, que ha logrado estar presente por toda España.

Lejos de conformarse se hicieron una pregunta: ¿los centros de mando pueden aportar algo más que prestaciones técnicas? Así nace el ecodiseño, que reduce el impacto visual de los armarios eléctricos.

Con esta filosofía Edigal fabrica ahora todo tipo de mobiliario urbano y, por ejemplo, ayudan a frenar el proceso de deforestación con madera certificada, emplean restos de residuos para los listones de algunos de sus bancos o, desde hace diez años, miden su huella de carbono.

Lo que prefieren los vecinos

Edigal descarta importar sus productos: “preferimos crear riqueza en el entorno, apostamos por el talento local y lograr así un efecto multiplicador que va más allá de nuestra actividad”, apunta el gerente, “estamos convencidos de que los vecinos, que al final financian las obras y a ellos se dirige el mobiliario urbano, también lo prefieren”.

Además, Martínez sostiene que “las administraciones adquieren productos de mayor calidad y más duraderos”.