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¿Cómo se financiarán los espacios públicos verdes futuros?


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Dar respuesta a este interrogante fue el motivo que reunió en la biblioteca Eugenio Trías del parque madrileño de El Retiro a los asistentes a la jornada "Pay for Parks" ¿Cómo se financiarán los espacios verdes del futuro?, organizada por la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos (AEPJP), en colaboración con Ferrovial Servicios España.

 

Las ciudades ya son los principales núcleos de concentración poblacional. En ellas reside más de la mitad de la población global y para 2050 se prevé que den cobijo a casi un 70 % de los habitantes del planeta (alrededor de 6400 millones de personas). Las urbes que ofrecen una buena calidad de vida no solo han de tener buenos servicios, un mobiliario urbano práctico, niveles de contaminación controlados y una red de transportes funcional y bien estructurada. Para garantizar su atractivo y contribución al bienestar humano, deben estar dotadas de zonas verdes para el esparcimiento y la mejora de la salud de las personas y del entorno.

 

Lograr sostener en el tiempo áreas verdes en las ciudades es un asunto crítico para los gobiernos locales de todo el mundo. ¿Qué alternativas existen en la actualidad para financiar infraestructuras públicas verdes? ¿Cómo abordar nuevas vías que contribuyan a mejorar las zonas verdes urbanas? ¿Qué papel juega el sector privado en la conservación de los entornos verdes de nuestras ciudades? ¿Cómo formular la colaboración público-privada para impulsar ciudades más verdes? ¿Cómo encajan las opciones existentes en la legislación española? ¿Cómo hacer partícipes a los ciudadanos en la necesaria contribución para garantizar la viabilidad y calidad de las zonas verdes de nuestras urbes? Estas preguntas fueron abordadas durante la jornada «¿Pagar por el uso de los parques? ¿Cómo se financiarán los espacios verdes del futuro?».

 

Tras la inauguración a cargo de Alberto López, director comercial de Ferrovial Servicios, y Ana Luengo, vicepresidenta de la AEPJP, la cita fue moderada por José Luis Rodríguez, de Ferrovial Servicios. En ella participaron como ponentes Nuria Bautista, consejera técnica y directora del Plan Estratégico de Zonas Verdes y Biodiversidad del Ayuntamiento de Madrid; Alberto Ipás, director gerente de ZGZ @ Desarrollo Expo; Pedro Calaza, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Galicia (COIAG) y vocal de la AEPJP y David Álvarez, director ejecutivo de Ecoacsa Reserva de Biodiversidad.

 

La portavoz del ayuntamiento madrileño aportó algunas cifras interesantes sobre Madrid. La superficie de la capital ocupa 50 430 hectáreas, en ella viven 3 200 000 habitantes y cuenta con un arbolado formado por 5 700 000 ejemplares. La infraestructura verde que se encuentra bajo gestión municipal en la actualidad abarca una superficie de 6000 ha y 1 760 000 árboles, de los que 1 500 000 están situados en zonas verdes y los 260 000 restantes en vías públicas.

 

Más de un 50 % de las calles madrileñas están arboladas (5000 calles) y los ejemplares que se distribuyen por el municipio de Madrid pertenecen a 506 especies diferentes. En cuanto a las especies arbustivas, hay 781 diferentes.

 

Por su parte, Alberto Ipás se refirió a la evolución registrada por el meandro de Ranillas, un terreno agrícola en desuso con una superficie de 1,7 millones de metros cuadrados, en el que se estableció el recinto expositivo de la Expo 2008 de Zaragoza, ciudad cuya población se acerca a los 700 000 habitantes. Aparte del moderno parque empresarial levantado con motivo de la feria internacional, el resto del meandro se ha transformado en un nuevo concepto de parque urbano que combina amplias zonas verdes, servicios y actividades para todos los ciudadanos, lo que lo ha convertido en el pulmón verde de referencia de la capital aragonesa: el Parque del Agua.

 

El parque maño es un claro ejemplo de puesta en valor de áreas verdes tras la Expo de Zaragoza, cuya exitosa gestión ha corrido a cargo de la entidad que dirige Ipás.

 

Pedro Calaza, decano del Colegio Oficial de Ingenieros del Ingenieros Agrónomos de Galicia y vocal de la AEPJP, abordó el caso del pago por el uso de los parques extendido en Estados Unidos y otros países y habló de las ciudades biofílicas, aquellas que aspiran a ofrecer a sus ciudadanos espacios donde habitar, sin impactar de forma negativa en la naturaleza. Para ello, utilizan recursos como el aire fresco, la luz y el agua, crean conexiones visuales y físicas con el medio natural, incorporan materiales naturales o aquellos que imitan a la naturaleza y sus formas naturales.

 

En su intervención, también hizo un recorrido por las distintas alternativas de financiación existentes para los espacios verdes urbanos.

 

 

Mecanismos de mercado para la financiación de los espacios verdes urbanos

 

Por último, David Álvarez, director ejecutivo de Ecoacsa, enmarcó el reto que representa el desarrollo de infraestructura verde en línea con los importantes compromisos adoptados a escala global para avanzar en el logro de la Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París, en el que las ciudades jugarán un papel determinante.

 

La gestión del desarrollo de zonas y espacios verdes para las ciudades que queremos y la transición hacia el modelo sostenible que perseguimos requiere un enfoque holístico en el que no solo las administraciones locales tienen un rol que cumplir, sino que también la acción y participación del sector privado y la ciudadanía serán claves.

 

El responsable de Ecoacsa hizo referencia a la existencia de distintas alternativas de financiación e instrumentos de mercado de interés para los gobiernos locales que persiguen satisfacer sus necesidades de inversión en infraestructuras verdes. Algunos ejemplos son el proyecto Green Cities, del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, los bonos verdes — un mercado en auge que facilita el abordaje de los retos relacionados con desarrollo de infraestructura verde y el cambio climático en las ciudades—, o las compensaciones a la biodiversidad.

 

Tras de detallar la importancia de los servicios de los ecosistemas para las ciudades, empleó el ejemplo de la ciudad de Londres como referente de puesta en valor de los espacios verdes. En concreto, apuntó que las áreas verdes londinenses proporcionan servicios por valor de 5000 millones de libras esterlinas al año, según el estudio Natural capital account for public green spaces in London. Este análisis también demuestra que, por cada £ gastada por las autoridades públicas en los espacios verdes de Londres, los ciudadanos disfrutan de un valor equivalente de al menos 27 £.

 

Por último, David Álvarez explicó en qué consisten los bancos de conservación de la naturaleza y la figura conocida como In-Lieu Fee (ILF). En el primer caso,se trata de una herramienta de conservación incorporada al reglamento español en la Ley de evaluación ambiental de 2013 que permite ejecutar medidas compensatorias producidas por los impactos de la actividad humana garantizando que los recursos o servicios ambientales mejorados sean conservados a largo plazo.

 

Por su parte, un ILF es un método de mitigación compensatoria por daños al medioambiente que se utiliza para compensar los impactos o las pérdidas inevitables en, por ejemplo, humedales y arroyos, debido al desarrollo de infraestructuras.


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