El parque valenciano desarrollará en tres fases un recorrido que conectará China, África y Valencia a través de la Ruta de la Seda, con un enfoque en sostenibilidad
Con una inversión total de 64 millones de euros, Bioparc Valencia emprenderá en los próximos años un ambicioso proyecto de ampliación de sus instalaciones, con el que busca recrear el valor histórico y cultural de la Ruta de la Seda. La iniciativa conectará las raíces chinas de esta vía con su legado en África y su proyección en Valencia, subrayando su relevancia en el desarrollo cultural, económico y etnográfico de la humanidad.
El anuncio fue realizado por la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, acompañada por Tomeu Pons, consejero delegado de Rain Forest, Leopoldo Usán, socio de la firma, y Fernando González Sitges, director de la Fundación Bioparc. Según indicaron, la primera fase de la ampliación abrirá sus puertas al público en 2027.
Valencia, epicentro de turismo familiar, científico y sostenible
Durante la presentación, la alcaldesa destacó que el nuevo Bioparc “refuerza su papel como uno de los emblemas de una ciudad de turismo familiar de calidad que apuesta por la sostenibilidad, la ciencia, la investigación y la educación”. El proyecto permitirá revitalizar la vinculación histórica de Valencia con la Ruta de la Seda, recorriendo desde sus orígenes orientales hasta el corazón de la ciudad y sus emblemáticas manufacturas textiles.
Fernando González Sitges detalló que la expansión se desarrollará en tres fases diferenciadas:
Con una inversión inicial de 18 millones de euros, esta fase recreará la menos conocida ruta marítima entre Mombasa (Kenia) y Alejandría (Egipto). Se reproducirán los ecosistemas del Mar Rojo, granjas etíopes y templos faraónicos, junto a grandes gabiales para aves, zonas de juego temáticas y un área de restauración inspirada en Stone Town (Zanzíbar).
La segunda fase se centrará en la rehabilitación de las alquerías ubicadas dentro del ámbito del parque. Actualmente se encuentran consolidado un 40 % del proceso, y se prevé una inversión superior a 1,2 millones de euros. Este espacio explicará la conexión entre Valencia y la cría del gusano de seda, con telares, mariposas y la producción del hilo mágico como ejes del recorrido museográfico.
La etapa más extensa y emblemática contará con una dotación de 44,5 millones de euros. Se desarrollará en los márgenes del acceso principal al parque, recreando un jardín chino tradicional con actividades lúdicas y culturales como la ceremonia del té, sombras chinescas, paseos virtuales sobre ríos en lomos de dragones y una zona dedicada al “tornaje”, que cerrará simbólicamente la Ruta de la Seda conectando con Filipinas y el Pacífico.
La ampliación mantendrá el modelo de ‘Zoo inmersión’, en el que las barreras entre animales y visitantes son invisibles, favoreciendo la inmersión en los hábitats naturales. Se mejorarán los espacios para cría controlada, conservación de especies y la atención al público, con nuevas áreas de observación y restauración.
Catalá subrayó el papel de Bioparc Valencia como símbolo de conservación y sensibilización ambiental, y agradeció a la empresa Rain Forest “su implicación con Valencia y su apuesta por un turismo familiar de calidad, cultural y medioambiental”.
Desde su apertura en 2008, Bioparc ha crecido sostenidamente hasta superar los 650.000 visitantes anuales, cifra que podría aumentar en medio millón más una vez completadas las fases de ampliación. En la actualidad, el parque alberga más de 6.000 animales de 150 especies y participa en 50 programas internacionales de conservación de especies en peligro, como el chimpancé, el gorila o el elefante africano.
Con esta nueva etapa, Bioparc Valencia se consolida como un icono global de educación ambiental, innovación museográfica y compromiso ecológico, al tiempo que proyecta la ciudad como un destino clave en el turismo sostenible y cultural del siglo XXI.
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