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Barcelona culmina la remodelación de la Ronda del Mig, iniciada hace más de diez años


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La nueva Travessera de Dalt tiene unas aceras de más de 5,5 metros, más árboles y más pasos de peatones. Después de diecinueve meses de obras se acaba un proceso que tenía como claro objetivo la pacificación de este tramo de una de las principales arterias de la ciudad, un proyecto que se ha definido a través de una mesa de trabajo formada por las entidades sociales, vecinales y de comerciantes de la zona.

 

Para conseguirlo, se ha reducido la anchura de la calzada, de manera que ahora incluye un carril para el transporte público y dos carriles de circulación en cada sentido. También se ha instalado pavimento sonorreductor y se ha limitado la velocidad. Se ha ampliado el espacio para los peatones, se han ordenado los elementos que dificultaban el paso, como papeleras, alumbrado y armarios de servicios, y se han añadido buzones de recogida neumática de residuos.

 

 

La resolución de una reinvindicació histórica

 

El fin de esta transformación marca también la finalización de una serie de actuaciones que se han llevado a cabo en el tramo central de la ronda del Mig durante más de diez años. Conocida históricamente como primer cinturón de ronda, esta vía recorre la ciudad por el interior desde la Zona Franca hasta el Guinardó.

 

Su reforma ha sido una reivindicación constante del vecindario, que veía cómo separaba barrios y dificultaba la movilidad de las personas. La Comisión de Seguimiento de la ronda del Mig fue la herramienta que permitió fijar nuevos criterios de intervención con la voluntad de humanizarla, ganar espacio público, añadir más zonas verdes y potenciar el transporte público.

 

 

Cosiendo una herida abierta a la ciudad

 

La teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha señalado: “En el 2017 finaliza la transformación de la ronda del Mig. Hoy añadimos una nueva calle pacificada y humanizada.”

 

Por su parte, el concejal del Distrito de Gràcia ha resaltado: “Esta es una costura que teníamos en Gràcia, y cuando se actúa, acercamos barrios y creamos tejidos entre los vecinos y las vecinas.”

 

 

El cambio en la Travessera de Dalt ha permitido eliminar este efecto muro de la configuración original, y al mismo tiempo suprimir las barreras arquitectónicas. El coste total de la reforma ha sido de 12,2 millones de euros, y se ha actuado sobre una superficie total de casi 21.500 metros cuadrados.


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