El Ayuntamiento de Zaragoza incrementa el uso de insectos depredadores naturales para combatir plagas en parques y jardines, reforzando su modelo de gestión ambiental basado en soluciones sostenibles y sin productos químicos
En un esfuerzo por mejorar la salud de sus áreas verdes sin recurrir a productos químicos, Zaragoza ha liberado 200.000 insectos beneficiosos en sus parques, jardines y zonas arboladas. Se trata de la mayor suelta realizada hasta la fecha, con especies como Adalia bipunctata (mariquita de dos puntos), Crisoperla carnea y Aphidius colemani, reconocidas por su eficacia contra plagas como el pulgón.
Desde hace varios años, el Servicio de Parques del Ayuntamiento de Zaragoza aplica esta técnica de forma sistemática. No obstante, en esta campaña 2025 se ha dado un salto significativo: de los 141.000 ejemplares utilizados en 2024 se ha pasado a 200.000, distribuidos en todos los distritos y en distintos barrios rurales.
El control biológico, tal como señala la consejera de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, consiste en “una técnica natural y por tanto respetuosa con el medio ambiente y la salud de las personas. Gracias a ella, es la propia naturaleza la que se encarga de buscar el equilibrio en el entorno sin la necesidad de aplicar productos químicos”.
Las especies vegetales donde esta técnica ha demostrado mayor efectividad incluyen arces, perales, rosales de Siria, catalpas y tilos, especialmente visibles en zonas emblemáticas como el Paseo Independencia. Los insectos se liberan directamente sobre árboles, arbustos o plantas afectadas, y se lleva a cabo un seguimiento continuado para evaluar su implantación y capacidad para integrarse en el ecosistema urbano.
Este enfoque se alinea con la estrategia de sostenibilidad implementada en los últimos cinco años por el consistorio, orientada a aplicar soluciones basadas en la naturaleza para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
A esta suelta masiva de insectos útiles se suman iniciativas complementarias, como la creación de zonas refugio para facilitar su establecimiento y reproducción. Estas se localizan en alcorques, platabandas y praderas, adaptadas para conservar las condiciones necesarias para estos organismos.
En particular, la ciudad ha impulsado la siembra de alcorques floridos, que este año abarcan 1.700 metros cuadrados en espacios como el Paseo Echegaray y Caballero, la Avenida de Ranillas, la zona de La Chimenea o Alcalde Caballero.
Asimismo, se han designado zonas naturalizadas con gestión diferenciada, donde se permite la floración de especies silvestres y la siega se realiza solo cuando la vegetación se ha agotado. Estas áreas suman aproximadamente 14.400 metros cuadrados, principalmente ubicadas en torno al Corredor Verde.
El Ayuntamiento de Zaragoza reafirma así su compromiso con una gestión ambiental innovadora, que prioriza el bienestar ciudadano, la biodiversidad y la sostenibilidad. La intervención biológica se convierte no solo en una alternativa efectiva a los tratamientos químicos, sino también en una herramienta educativa y demostrativa de cómo la naturaleza puede ser aliada en la salud urbana.
Zaragoza avanza, una vez más, hacia un modelo de ciudad resiliente, verde y comprometida con el medio ambiente.
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